Disfrutar del mejor clima de Europa

El faro, las playas y los restos moriscos son algunas de las visitas obligadas que ofrece  este municipio malagueño.
El faro, las playas y los restos moriscos son algunas de las visitas obligadas que ofrece este municipio malagueño.

TORROX

El municipio de Torrox presume de tener el mejor clima de Europa. Comparado con otros pueblos mediterráneos es el que tiene los valores medios más suaves a lo largo del año. En verano, consigue una temperatura máxima de 27 grados y nunca superó los 31,8 grados. Y es que lo que comenzó siendo un eslogan turístico fue comprobado hace tres años por un estudio científico realizado por la empresa Meteogrup. Así, que si es agradable es recorrer esta localidad axárquica en invierno, también lo es en verano, donde los visitantes quedarán exentos de la sensación de bochorno.

El municipio de Torrox, con 51 kilómetros cuadrados, tiene la peculiaridad de tener dos cascos urbanos importantes. La autovía separa el interior de la costa. Las casas encaladas y el sabor tradicional de las villas axárquicas se mezcla con la esencia de los pueblos costeros donde se puede disfrutar de buen pescado en los chiringuitos o de una relajada noche en el paseo marítimo de Ferrara. Además de esta playa que cuenta con todos los servicios para el bañista son también muy recomendables, al encontrarse mucho más despejadas, las de Los Llanos o El Morche. Tanto en ésta como en Ferrara ya luce la bandera azul. En el litoral también se pueden visitar dos de las torres almenaras desde donde se vigilaba la costa. La de Güi documentada en 1497 y la de Calaceite del siglo XV.

Además de sol y playa, la visita a Torrox Costa, hay que aprovecharla para conocer el faro desde donde se tiene una vista panorámica de su litoral y de los restos romanos, cuyo centro de interpretación está en construcción. En el recinto, hay muestras de uno de los yacimientos arqueológicos más significativos del siglo I de Andalucía. El conjunto incluye restos bien conservados de las antiguas termas y necrópolis, así como de los hornos del complejo industrial donde se fabricaba el mencionado garum, una fábrica que, según los estudiosos, se mantuvo operativa hasta el siglo III. También hay dinteles y columnas de un templo romano.

Ya en el casco histórico, se puede optar por seguir varias rutas: la histórica, morisca, abderramanes o la de Almanzor. Esta última discurre por el casco antiguo de la villa siguiendo los azulejos decorativos veremos trazos de su historia y lugares típicos llenos de encanto. Cuenta la leyenda que aquí vivió el príncipe Abderramán, después de desembarcar en Almuñécar en septiembre del año 775. Y algunos historiadores no dejan de afirmar que Almanzor nació en el castillo alto de Torrox, año de 938.

Es imprescindible hacer parada en el Convento y Ermita Nuestra Señora de Las Nieves del siglo XVI, que presenta una arquitectura mudéjar y un interior de cruz latina. Desde este entorno se pueden tener unas magníficas panorámicas del interior y la costa. Quedan vestigios del Hospital de San José del siglo XVIII y siguiendo por la Almedina entrar en el Paseo de las Moreras. Hay que pasar por calle Málaga, empinada y estrecha con blancas fachadas y macetas en sus balcones; las escalinatas de calle Salares hasta calle Nieves y entrar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación construida en el siglo XVI y reformada en el siglo XVII, de estructura barroca y planta de cruz latina. En cualquier terraza, tasca o restaurante, el visitante puede disfrutar de una rica gastronomía y un buen vino del terreno.

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