Investigación

Málaga, la vía de entrada del homo sapiens

  • La presencia de los antepasados se confirma en la zona desde hace 35.000 años.

Los homo sapiens, los antepasados de los actuales humanos, habitaron en la provincia de Málaga mucho tiempo antes de lo que se creía hasta ahora, en torno a 35.000 años antes del presente. La confirmación de la continuidad de la presencia de esta especie en el sur de la Península ibérica desde época tan antigua supone una revolución para la prehistoria conocida hasta la fecha y acerca un poco más la idea de que esta zona fue vía de entrada de los antiguos humanos desde África hace 40.000 años para colonizar Europa.

La ambiciosa investigación que llevan a cabo desde el otoño pasado los casi 50 investigadores de 12 instituciones españolas y dos alemanas en la Cueva Prehistórica de Ardales y la Sima de las Palomas de Teba ha dado sus primeros frutos al confirmarse la importancia que tuvo la provincia en el devenir de la historia, y que permitirá rastrear los grandes cambios humanos ocurridos durante los últimos 100.000 años.

Hasta ahora solamente estaba constatada la presencia continua de los Homo Sapiens en el sur de la Península desde hace 25.000 años. Pero los datos científicos obtenidos en las excavaciones realizadas el año pasado demuestran que mantuvieron desde, al menos, 10.000 años antes un gran cazadero en ambas cavidades, separadas por apenas ocho kilómetros y los cursos fluviales de los ríos Turón y Guadalteba, y escogieron como recinto cultural las zonas profundas de la cueva ardaleña desde entonces.

La coincidencia de que ambas cuevas se sitúen en un territorio común, controlándose visualmente, y de que sus sedimentos tengan una gran potencia arqueológica les hace cobrar un valor científico incalculable, que desde el principio llamó la atención del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz José Ramos Muñoz y el director del Neanderthal Museum de Alemania, Gerd Christian Weniger, que lideran el proyecto de investigación.

Tanto las piezas arqueológicas encontradas como los análisis de cronología absoluta realizados a carbones fósiles recogidos en las cuevas, demuestran la persistencia de un grupo humano entre los municipios de Ardales y Teba, donde en sus puertos de montaña y desfiladeros desarrollaron una amplia actividad cinegética que les permitió durante miles de años alimentarse de conejos, ciervos, cabras montesas, caballos y toros (en orden de mayor a menor consumo), sin desdeñar especies como las tortugas y las garzas ambas vinculadas a los cursos fluviales, según explicó el conservador de la Cueva de Ardales y que también participa en este proyecto, Pedro Cantalejo.

En esta primera campaña, los investigadores hispanos-alemanes también han encontrado, por primera vez en estos yacimientos, objetos de adorno personal, sobre todo, numerosas cuentas de collar realizadas con conchas marinas y terrestres, lo que demuestra los contactos de estos grupos humanos paleolíticos con la costa malagueña, tal y como sospechaban desde hace años.

De hecho, un trabajo científico, publicado hace varios años por Cantalejo y su equipo y desarrollado en la Cueva Prehistórica de Ardales, indicaba que los antiguos pobladores se beneficiaban de las bondades de un tiempo tan benévolo instalando en las cuevas de la bahía de Málaga su residencia invernal para únicamente ir al interior, donde el frío hacía muy difíciles las condiciones de vida, a cazar los grandes mamíferos y recolectar frutos, hierbas y todos los alimentos más difíciles de encontrar en la costa durante los meses de verano.

Es la continuidad de la población de homo sapiens en Málaga lo más relevante de las primeras conclusiones de este proyecto, que fue aprobado hace un año por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y que se prolongará durante cuatro años. Incluso teniendo en cuenta los sucesivos cambios climáticos acaecidos durante todo el Paleolítico superior, las fechas absolutas calibradas, obtenidas de carbones fósiles, lo corroboran. La fecha más antigua constatada coincide con los restos encontrados en la Cueva de Ardales y se refiere exactamente a 35.439 años antes del presente. De esta forma, según el experto, se confirma "el uso del interior de la cueva de Ardales como un gran contenedor de obras de arte, durante el periodo más dilatado de tiempo que se tiene constancia en el sur de la Península ibérica".

El objetivo principal con el que partió este amplio grupo de investigadores era determinar si esta zona fue vía de entrada para los homo sapiens antes de colonizar lo que hoy es Europa. Hasta la fecha, las investigaciones se han centrado siempre en la vía de que los antepasados de los actuales humanos llegaron al continente europeo procedentes de África a través de Oriente Próximo hace alrededor de 50.000 años y está más que constatado científicamente que fue así.

Pero nunca se habían dedicado recursos para corroborar la hipótesis de que el Estrecho de Gibraltar también fue puerta de entrada. De confirmarse esa teoría gracias a este proyecto, la comunidad científica de la Prehistoria estaría ante un importante hito de repercusión internacional que destacaría la relevancia que tuvo una zona como Málaga en aquel momento cuando los homos sapiens sapiens decidieron cruzar los apenas 15 kilómetros que separaban el norte de África de un nuevo continente habitado entonces por los neandertales, una especie cuya presencia está constatada en el sur de la Península desde hace 120.000 años y que desapareció sin dejar rastro poco después de la llegada de los originarios de los humanos anatómicamente modernos.

Encontrar esa conexión en el tiempo entre ambas especies es lo que buscan determinar los investigadores con las excavaciones realizadas en las cuevas de Ardales y Teba, que atesoran gran parte de la información que se busca para comprender mejor las ocupaciones humanas más antiguas del sur de Europa al concentrar ambas las secuencias más importantes entre el Paleolítico Medio y el Neolítico.

La ecología de la época es lo que los investigadores consideran la clave para conocer lo que buscan mediante el análisis del clima y la evaluación climática durante un periodo de mil siglos en los que hubo, al menos, seis cambios climáticos relacionados con la humedad y la aridez. Se sabe, además, que hubo periodos de sequía muy intensos y ahora lo que se está estudiando es cómo pudieron afectar a la desaparición de los neandertaales.

De hecho, estos primeros resultados se desprenden de las excavaciones que se llevaron a cabo el año pasado en la cavidad de Ardales y que se reducía a tres pequeñas parcelas de apenas un metro cuadrado de superficie cada una donde hay almacenados 100.000 años de historia.

Los expertos excavaron seis niveles de suelo distintos y cada uno de ellos almacena varios miles de años. Pero en dos de los seis niveles de subsuelo excavados no se encontraron restos que indiquen vida humana en ese periodo, lo cual refuerza la hipótesis inicial de que no hubo contacto entre los Homo sapiens y los neandertales, que pudieron desaparecer por los graves periodos de sequía que tuvieron que sufrir durante cientos de años. Se cree, además, que la falta de lluvia hizo mermar sus poblaciones en toda Europa, salvo precisamente los que se asentaron en torno a manantiales de aguas sulfurosas no sujetos a la dinámica de las precipitaciones como es el caso de Ardales y Carratraca. Málaga como refugio climático puede ser la clave del puzzle que podría completar al fin esta investigación, que pone a la provincia en la ola científica creada para estudiar lo que pasó con aquella especie porque los investigadores están convencidos de que los últimos neandertaales vivieron aquí debido a que la orografía, el clima y las condiciones físicas de la zona hicieron posible crear microespacios habitables en un periodo en el que las sequías pudieron ser extremas.

Según Cantalejo, los importantes hallazgos obtenidos en esta primera campaña han provocado una evolución de gran importancia para el proyecto, ya que varios equipos de gran relevancia científica internacional se han interesado por colaborar en este proyecto, "aportando tecnologías y un bagaje científico de extraordinario valor para la Prehistoria de Europa".

Para la próxima campaña, prevista para los meses de septiembre, octubre y noviembre, la idea es seguir las excavaciones arqueológicas en ambos yacimientos. Además, los investigadores continuarán con las dataciones absolutas, tanto de los carbones fósiles como de los cristales estalagmíticos que cubren el arte más antiguo de la Cueva de Ardales. Asimismo, se aplicarán nuevas tecnologías de reproducción tridimensional a las importantes manos aerografiadas que se conservan en esta cavidad, en la que hay inventariados más de 1.000 dibujos desde hace unos 35.000 años.

Como en los dos yacimientos se han obtenido fechas de entre 70.000 y 50.000 años, los investigadores tratarán ahora obtener más y mejores resultados de estos estratos que fueron ocupados por los Neandertales, con anterioridad a los grupos de los antepasados directos de los actuales humanos. Junto a los resultados directos en las cuevas, se han desarrollado prospecciones arqueológicas en los valles Turón y Guadalteba con el objetivo de confirmar la presencia humana paleolítica y la dispersión de sitios con actividades agrícolas durante el Neolítico.

Este proyecto dispone de un sistema de financiación que no necesita de subvenciones directas, dado que cada equipo (departamento o laboratorio) costea su investigación específica durante la campaña anual. El Ayuntamiento de Ardales coopera con los gastos de excavación y el de Teba con la protección del yacimiento Sima de las Palomas. Una colaboración científica pocas veces vistas que podría cambiar los libros de historia.

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