Por la Alameda Principal en Málaga pasan cada día unos 30.000 vehículos y a eso habría que sumarle las miles de personas que vienen y van por sus aceras. Con el movimiento se produce una energía mecánica que, actualmente, no sirve para nada. Sin embargo, ¿se imaginan que se pudiera aprovechar toda esa fuerza motriz para producir electricidad e iluminar, por ejemplo, las farolas de toda la vía con el consiguiente ahorro económico? Suena un poco a ciencia ficción, pero no lo es. De hecho, ya hay un prototipo y se va a poner en marcha un proyecto piloto en Barcelona en breve.

El Centro de Materiales Materfad, una asociación sin ánimo de lucro de Barcelona dedicada a investigar y desarrollar nuevos materiales, ha creado un prototipo que permitirá producir esa electricidad con el simple movimiento de personas o coches. Su director científico, Javier Peña, lo presentó ayer en Málaga en el marco de los foros Greencities y Tikal que se celebran hasta hoy en el Palacio de Ferias. Es una columna que está formada en su interior por material piezoeléctrico que capta el movimiento y lo convierte en electricidad. Cuanta más altura tiene la torre, más se genera, y se puede colocar debajo de cualquier superficie interior o exterior.

Estos técnicos calculan que harían falta 384 columnas de tamaño pequeño para generar 19 kilovatios/hora, lo que permitiría iluminar 13 farolas que equivaldrían a unos 900 metros de calle lineal. Para conseguir esa capacidad estiman que es necesario que circulen sobre las columnas unos 15.000 vehículos diarios. Por ahora es solo un estudio. Materfad tiene el prototipo, han hecho sus cálculos y tienen el compromiso del Ayuntamiento de Barcelona de cederles un tramo de calle para incorporar el sistema y probar su eficacia. Lo que les falta es dinero para poder fabricar las 384 columnas, que requeriría una inversión de unos 57.000 euros. Afirman que ya hay inversores interesados y que la idea es probarlo cuanto antes.

Los jóvenes ingenieros industriales malagueños que forman la empresa Métrica 6 tienen su proyecto mucho más definido. Y, a simple vista, pueden tener éxito porque su producto soluciona un problema que se da en todas las casas del mundo: el agua fría que se desperdicia mientras se espera que salga caliente. Han creado un sistema, Ness, formado por un módulo de bombeo y un baipás. El usuario pulsa un botón, el agua recircula por el interior de las tuberías y, cuando ya está caliente, avisa para que sea abra el grifo. "Con este sistema se permite un ahorro de 800 litros de agua potable por persona al mes y entre un 24 y un 40% de la factura, por lo que se amortiza entre el primer y el tercer año", explicó Juan Francisco Cáliz, uno de los socios fundadores.

Han creado una versión para el sector de la construcción, cuya venta se iniciará en diciembre, y otra para el cliente particular que verá la luz en el primer trimestre de 2015 y que será autoinstalable "sin necesidad de obra ni de reforma". El aparato cuesta unos 300 euros.

Otro de los empresarios que estaban presentes ayer en Greencities y Tikal era Fernando Albarrán, director general de Lever It, una multinacional con sede en Estados Unidos dedicada al software. Tienen oficina en Madrid y desde hace ocho meses se han instalado también en Málaga, con un centro formativo en el PTA. Presentan una nuevo software, llamado Bidikey, que permite identificar a una persona mediante un código QR. "Se genera una clave con doble encriptación y solo lo puede descifrar el programa que está en el smartphone de la persona", afirmó Albarrán. Un ejemplo. En estos momentos, al ir a un cajero automático es necesario introducir la tarjeta y un pin. No obstante, se corre el riesgo de que los ladrones, mediante cámaras y otros artilugios, copien las tarjetas y vean el pin. Con este sistema, el cajero, al introducir la tarjeta, lo que pide como identificación es un código QR que se lee con el móvil. "Si un ladrón viera el QR no pasaría nada porque no lo entendería y además en la siguiente transacción se genera un QR distinto", añadió. Si le robaran al usuario el teléfono móvil, Albarrán subraya que es necesario introducir un código para abrir la aplicación que lee el QR y, además, también tendrían que sustraerle la tarjeta de crédito. La aplicación tiene muchas vertientes y podría usarse para tarjetas de puntos, acceso a espectáculos, etcétera.

No todo está aún inventado. Queda mucho por ver y esto es un mínimo ejemplo de lo que se está moviendo en las empresas. Para beneficio de todos.