Plantillas encogidas por la crisis, la peor ratio de camas por habitantes, demoras para acceder al especialista y aumento de patologías por el frío. Es el cóctel perfecto para que las Urgencias de los hospitales se colapsen con demasiada frecuencia. Los sindicatos, que en la última década han sido los que han sacado a la luz cada “colapso” puntual, aseguran ahora que ha saturación ha dejado de ser algo esporádico para convertirse en una situación “habitual y generalizada”.

Incluso coinciden en que hay facultativos que renuncian a renovar sus contratos en las Urgencias hospitalarias por la sobrecarga asistencial. “Entre las cargas de trabajo y las guardias, llegan a la extenuación. Así que huyen a atención primaria, a la privada, a otras comunidades o al extranjero”, afirma el presidente del Sindicato Médico, Antonio Martín.

El secretario provincial de Sanidad de CCOO, Rafael González, asegura que “la situación es insostenible”. Los sindicatos coinciden en que el personal en las Urgencias es insuficiente para este periodo de alta frecuentación derivado de la gripe, los resfriados y las descompensaciones de los enfermos pluripatológicos.

Según Comisiones Obreras, por ejemplo, en los últimos cuatro años la presión asistencial se ha incrementado un 17% en el Comarcal de Ronda y un 32% en el del Guadalhorce. Un aumento que no ha ido acompasado con el correspondiente crecimiento de las plantillas, según González.

Piden más camas de hospital, más personal y el refuerzo de la atención primaria y la especializada

Martín añade que desde la apertura del hospital cartameño la demanda se ha triplicado, pero los facultativos de Urgencias son los mismos que cuando se puso en marcha. Vicente Sandoval, secretario provincial de Sanidad de UGT, apunta que una evaluación de riesgo psicosocial en el área de Urgencias del Civil, de nueve parámetros medidos, en ocho el resultado fue que era “muy elevado”. “A instancias de la Inspección de Trabajo se repitió y arrojó la misma conclusión”, indicó el sindicalista. “La situación de saturación en las Urgencias ya no es puntual, es crónica porque falta personal”, insistió. “El problema es global, afecta a todos los hospitales de la provincia. Falta personal”, coincidía el representante de CCOO.

Los sindicatos también advierten que la falta de camas complica aún más la situación porque al aumentar la afluencia por Urgencias, no hay sitio en las plantas para los ingresos que entran desde esta área y, a la vez, los que llegan tras la cirugía programada. Este déficit es lo que causa tapones en Urgencias de pacientes que esperan muchas horas por una cama. Pero incluso, a veces tampoco pueden pasar de la UCI a planta porque no hay sitio.

Para los sindicatos, las soluciones pasan en primer lugar por adecuar las plantillas a la demanda ya que consideran insuficientes los refuerzos que se han hecho por la alta frecuentación. En segundo lugar, por reforzar la atención primaria y la especializada para que ambos niveles sean más resolutivos y las personas no acudan a la asistencia urgente más cualificada –la de un hospital– porque los filtros anteriores tardan en darles respuesta. En tercer lugar, estiman que se debe incrementar el número de camas de hospital. El gerente del SAS, Miguel Ángel Guzmán, ya ha reconocido que la provincia es la ciudad de España con menos camas públicas por habitante.