Málaga

Agricultores de Málaga se manifiestan por los bajos precios en origen de las patatas

  • La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos reparte 3.000 kilos de este producto en la plaza de la Marina en señal de protesta

Reparto de 3.000 kilos de patatas en la plaza de la Marina.

Reparto de 3.000 kilos de patatas en la plaza de la Marina. / Javier Albiñana (Málaga)

Si hace unos días los ganaderos se mostraban con la leche al cuello en la barriada de Huelin, en la mañana de este viernes 6 de agosto los agricultores se concentraron en la plaza de la Marina para denunciar la grave crisis de precios en origen de la patata que sufren en la actualidad.

Con la entrega de hasta 3.000 kilos de patatas, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Málaga ha querido concienciar a la sociedad del incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria. Así, los agricultores perciben 0,16 euros por un kilo de patatas que les cuesta producir 0,23 euros. Mientras tanto, los consumidores pagan entre 0,79 y 1,55 euros en las grandes superficies.

Francisco Moscoso, secretario provincial de UPA Málaga, asegura que este problema no es nuevo a raíz de la pandemia del coronavirus. “Lo que pedimos es que se repercuta a los agricultores de unos precios rentables. Si esto no se soluciona tendremos que tomar medidas ante el Gobierno central y la Junta de Andalucía”, comentó Moscoso. El secretario provincial de UPA en Málaga defendió que están entrando en el mercado productos de países no comunitarios que no cumplen el tema de la trazabilidad alimentaria. Este procedimiento permite rastrear todos los pasos que ha seguido un alimento desde su origen pasando por su proceso de transformación y terminando en las manos de los consumidores. Se trata de un sistema esencial para controlar los riesgos que puedan afectar a la cadena de suministro de alimentos.

Bolsas de patatas que se reparten como protesta a los bajos precios. Bolsas de patatas que se reparten como protesta a los bajos precios.

Bolsas de patatas que se reparten como protesta a los bajos precios. / Javier Albiñana (Málaga)

“Hablamos de un cultivo base en la alimentación, no es un producto de lujo ni que complemente la dieta Mediterránea, es parte fundamental de la misma”, alega el secretario provincial de UPA Andalucía, Cristóbal Cano. Así mismo, reivindicó que detrás de las patatas hay muchos agricultores que deben mantener a sus familias. “Esta producción estaba por encima de las 24.000 hectáreas en Andalucía en el año 2004, actualmente existen 8.000, lo que significa que se han reducido a una tercera parte porque la rentabilidad está en jaque y nadie puede seguir trabajando mientras pierde dinero”, aportó Cano.

El secretario general de UPA Andalucía aseguró que este año contaban con buenas perspectivas, debido a que se han dado unas condiciones climatológicas adversas en países como Francia o Alemania, lo que parecía que iba a dar cierto impulso a la patata nueva de Andalucía. “Pero llegado el momento de la recolección pasa lo de siempre y se especula y se juega con la sangre de los agricultores, y no estamos dispuestos a seguir pasando por esta situación”, denunció Cristóbal Cano.

“Un país si es inteligente no puede permitir que la base de su alimentación quede en manos de terceros. Hemos demostrado el carácter estratégico de la agricultura y la ganadería y exigimos al gobierno de España que investigue de oficio estas prácticas mafiosas que hay por parte de la industria de la distribución que atenta contra la sostenibilidad de los agricultores”, enfatizó Cano. También quiso aprovechar la oportunidad para pedir a la Junta de Andalucía que se vuelque en la promoción del producto local y que controle los lineales de las grandes superficies. “Hay que comprobar que es patata nueva y que procede del origen que marca en la etiqueta. El consumidor debe estar informado”, explicó el secretario.

El agricultor de la Vega de Antequera Antonio Jiménez defiende que la situación es insostenible. “Todo se va encareciendo, como la luz o la mano de obra, pero los precios siempre son los mismos”, ejemplifica Jiménez. Y es que este agricultor puede sembrar una patata en febrero y recolectarla en julio, lo que implica muchos meses de trabajo diario y constante frente a unas condiciones climatológicas que no siempre son sencillas, en Andalucía deben hacer frente a las jornadas de altas temperaturas. “Uno se tira meses produciendo para perder dinero y a la vez enriquecer a las grandes superficies”, sentenció el agricultor Antonio Jiménez.

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