"El anuncio de Aquarius multiplicó por seis nuestra relación con la sociedad"
El creador de radio La Colifata, en Argentina, asegura en Málaga que el objetivo del programa es evitar "el estigma de la locura" acercando la voz de los pacientes


Los internos del Hospital Neurosiquiátrico José Borda en Argentina son, posiblemente, los más famosos del mundo o, al menos, los más mediáticos. En 1991, con apenas 24 años, el psicólogo Alfredo Olivera impulsó la creación de un programa de radio, llamado La Colifata, en el que los pacientes eran los protagonistas. Un anuncio del refresco Aquarius los hizo conocidos en toda España y hasta el grupo musical El Canto del Loco ha colaborado con ellos. Olivera narró ayer toda la experiencia en Málaga.
-Un anuncio de televisión les hizo populares en España, pero ¿qué es exactamente radio La Colifata?
-Es una asociación que desarrolla proyectos que tratan de abordar problemáticas ligadas a la salud mental. Los que hablan son los propios afectados, en nombre propio, y nosotros tendemos puentes para que esa voz conecte con el resto de la sociedad. El objetivo de La Colifata es evitar el estigma de la locura, ya sea en su idealización o en lo contrario, es decir, en pensar en la posible criminalización. Queremos construir modos de relación e intercambio solidario y saludable.
-¿Por qué pensaron en hacerlo a través de un programa de radio?
-Porque un problema psíquico no es sólo médico, sino también social. La locura tiende a dar mucho miedo y despierta todo tipo de fantasías y proyecciones. Estos fantasmas sociales terminan traduciéndose en prácticas y éstas en nuevos modos de reproducir exclusión. El que sufre psíquicamente no sólo está cargando con su enfermedad mental, sino también con la dificultad de integrarse. La radio es un puente idóneo que genera una cercanía pero, a la vez, también guarda cierta distancia. Sus voces llegan a millones de personas.
-¿Cómo organizan el programa?
-Hacemos el programa los sábados y la emisión dura más de siete horas. Es un maratón radiofónico donde se suceden diversos programas. Se emite hacia el barrio de Barracas, donde está el hospital, y se puede escuchar por internet. También hay otras emisoras que ceden solidariamente minutos de su programación para permitir hablar a estas personas mediante unos microprogramas. Son grabados y en directo.
-¿De qué suelen hablar los internos?
-Se habla de todo. Hacen reflexiones sobre la guerra, la religión, la salud, si la locura es bella, política, anhelos personales...
-¿Qué tipo de enfermedad tienen los participantes?
-Es un espacio abierto que funciona en el interior del hospital y al que viene todo el que quiere. Casi la totalidad de los que están en el hospital tienen diagnóstico psiquiátrico, desde esquizofrenia hasta trastornos bipolares o depresiones.
-¿Ha habido, alguna vez, algún percance o pelea mientras se realiza el programa?
-No es lo habitual. En 19 años no ha habido casi ningún episodio de violencia, aunque sí de conflictos porque el ser humano es conflictivo. Son debates y hay momentos de intolerancia. El grupo reproduce las mismas prácticas que a nivel social y cuando alguien no respeta los tiempos, molesta o toma la palabra sin escuchar a los demás, el grupo propone que se le expulse. Se suele llegar a acuerdos.
-Entiendo que hay profesionales de la salud que están moderando.
-Sí, todo el tiempo. Somos cinco personas. No sólo intervenimos con la palabra sino que ponemos al aire, en cualquier momento, mensajes de oyentes o debates hechos con anterioridad sobre ese mismo tema.
-¿Cómo se lleva la popularidad, prácticamente, a escala mundial?
-Desde 1996 nos invitan sistemáticamente a dar ponencias principalmente en Europa y Sudamérica. La experiencia del anuncio de Aquarius o la participación de El Canto del Loco han potenciado la visibilidad del proyecto pero se necesita un trabajo paralelo.
-¿Qué impacto tuvo el anuncio de Aquarius?
-Ha sido sumamente positivo. Fueron 40 segundos con un grupo de personas reales de La Colifata y para crear el guión hubo un feed back permanente. Los pacientes se juntaban, leían el guión, lo criticaban y les hacían modificaciones. Trabajamos mucho el día después, qué iba a pasar cuando estuvieran expuestos continuamente en los medios. El anuncio multiplicó por seis las relaciones con la sociedad. Nos llegaron cientos de correos electrónicos de españoles manifestando su solidaridad, su asombro, sus ideas y sus propuestas. También nos llegaron muchos mensajes de argentinos que vivían en el exterior, la mayoría exiliados en 2001 por el corralito, y en ellos nos daban las gracias.
-¿Qué fue lo que más le sorprendió de la reacción de la gente?
-Hubo un tratamiento nada banal ni frívolo. El anuncio se emitió sólo en España y durante casi seis meses y hubo muchos mensajes de solidaridad.
-¿Qué han hecho con El Canto del Loco?
-Hemos realizado un DVD en el que se puede ver un documental de 22 minutos de radio La Colifata que está muy bien hecho, es profundo y complejo. Nos han llegado más de 100 correos de chicos de 14 ó 15 años que se han empezado a hacer preguntas sobre la realidad de personas con enfermedades mentales, pues los tenían idealizados por las películas o les aterrorizaban.
-¿Ha beneficiado, de alguna forma, esta publicidad a los enfermos?
-No siempre las apariciones masivas, cuando se llega a millones de personas, va a hacer necesariamente bien a un colectivo de personas que hace una radio. Pero esa visibilidad no es tan fácil de gestionar. Tenemos que estar siempre alertas. Lo importante es que ha generado movilidad. La mitad de los integrantes de la radio ya no están internados y han logrado sostener su vida fuera del hospital. Hemos logrado que muchos oyentes sean amigos personales de los participantes del programa.
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