Málaga

El equilibrio financiero, una quimera para los alcaldes

  • Destacan que sin la opción de endeudarse se dejarían de prestar servicios básicos

A los alcaldes de la provincia de Málaga no les salen las cuentas. Por mucho que quieren apretarse el cinturón, rebajando las aportaciones antaño siempre generosas para, por ejemplo, fiestas y verbenas, las arcas no dan para más. Y la exigencia que pretende implantarse a partir de 2020 de equilibrio financiero en las administraciones públicas suena a inverosímil. Porque, atestiguan algunos regidores consultados por este periódico, para conseguir ese fin sería necesaro reducir inversiones de la que se benefician los vecinos de las localidades y eliminar servicios que presta directamente el ente local, a pesar de que muchos no son de su competencia.

Éste es el escenario en el que se vienen moviendo las corporaciones locales desde hace años, aunque el agravamiento de la crisis económica, la reducción de los ingresos por vía urbanística y de las aportaciones del Estado, hacen que el mismo se antoje más convulso aún. Francisco Salado es alcalde de Rincón de la Victoria, al tiempo que secretario general del PP en la provincia. "El equilibrio es bueno para las administraciones, pero a los ayuntamientos lo que nos ocurre es que estamos inmersos en una situación en la que tenemos que prestar muchos servicios, tenemos plantillas muy abultadas y sin recursos extraordinarios de otras administraciones no podemos tener equilibrio", explica.

El dirigente es claro al apuntar que los recursos propios que obtienen los ayuntamientos dan, como mucho, para sufragar algunos servicios básicos, sin contar las inversiones que se desarrollan, acciones que sólo pueden ser acometidas "con endeudamiento".

Sin deuda, dice, los consistorios estarían "supeditados" a que las otras administraciones "sean generosas en sus acciones y abran programas de inversión". "No dependemos de nuestras posibilidades ni de nuestra buena gestión; lo del equilibrio queda muy bien y hay que trabajar para ello, pero para entrar en ese juego tenemos que contar con el apoyo de otras administraciones", apostilla. "Tenemos una bomba de relojería; a unos nos explotará antes que otros", destaca el alcalde rinconero, que es claro al señalar que si no hay inyección económica, "en el segundo semestre de 2012 pasaremos dificultades".

En la misma línea se pronuncia el alcalde de Guaro, el socialista Sebastián Rueda. "Los ayuntamientos tienen que tener un razonable equilibrio, pero es verdad que tocamos necesidades de primera mano y si hay que hacer esfuerzos para hacer inversiones que generen riqueza en el municipio el endeudamiento es positivo", comenta. El regidor socialista fue claro al defender el endeudamiento municipal "para poder ayudar a las familias; no para fiestas y ocio".

Uno de los municipios que presenta un mayor desequilibrio a finales de 2010 entre gastos e ingresos es Cómpeta. Su alcalde, el popular José Luis Torres, admite la compleja situación que viven las arcas municipales, aunque precisa que desde su llegada se ha podido reducir la deuda un 65%. "Antes entraba mucho dinero en licencias urbanísticas y ahora no", comenta. Con esta merma, el Consistorio opta, como otros, por minimizar "los gastos superfluos", como fiestas y gasto corriente. Eso sí, presume de estar al día en los pagos a la Seguridad Social y de no tener problemas con las nóminas de los empleados.

María Dolores Narváez es la alcaldesa de El Burgo, cuya liquidación de 2010 mostraba un desequilibrio del 30%. "Estamos acortando sobre todo en gastos corrientes, en suministros de papeles, luces, gasolina", recita, aunque ello no impide que haya proveedores que no cobren. "A los del pueblo, más o menos los estamos pagando, el problema son los grandes, como Endesa, con los que se tienen unas deudas mayores y son los que están más encima".

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