El parqué
Continúan los máximos
Dos horas para recorrer una distancia de 70 kilómetros –incluso menos–. Es lo que tardan cada mañana los vecinos de los pueblos del interior del Valle del Guadalhorce en llegar a Málaga capital por la A-357, sorteando atascos –de oca en oca, como el célebre juego de mesa– después del inevitable madrugón. Y es que, aunque en los últimos meses todas las miradas se hayan girado hacia la A-7, donde sucesivos accidentes y retenciones kilométricas han evidenciado su colapso a la altura de Rincón de la Victoria, la situación de la A-357 no es mejor. Lo sufren a diario quienes, por ejemplo, viven en Campillos, Teba, Ardales, Carratraca, Álora, Cártama, Pizarra, Alhaurín de la Torre y Alhaurín el Grande. Pero también los que bajan desde la Sierra de las Nieves, incluso desde Ronda.
Los alcaldes del entorno defienden que esta carretera es la conexión natural del Guadalhorce con la capital, además de la principal alternativa a la A-92 que conlleva tener que dar la vuelta por Antequera, e insisten en que en los últimos años todos los pueblos que se sirven de ella para desplazarse han incrementado exponencialmente su población, como consecuencia de los prohibitivos precios de la vivienda en la ciudad y su área metropolitana. Gente que se ha ido al interior buscando casas más asequibles y que ahora se encuentra con que las comunicaciones no dan de sí, critican los alcaldes.
El trazado de la A-357 –carretera de titularidad de la Junta– se extiende, aproximadamente, desde el PTA hasta Campillos, pero hay que diferenciar en ella dos tramos: la parte de autovía, hasta Cártama; y la vía convencional de doble sentido, que sigue hasta dicho municipio. Lo peor está entre las 6:00 y las 9:00 horas, coinciden todos, y no solo en los accesos a Málaga por el PTA, los polígonos o la universidad, sino en toda la arteria de la A-357. Así, el alcalde de Campillos, Daniel Gómez, alude a que se trata de una carretera “muy usada y muy peligrosa”. Señala que más de un tercio de la provincia se conecta por esa vía con Málaga y comenta que ir por ella por la mañana es “llegar tarde” porque el atasco es “seguro” en algún punto, sino en varios.
El hartazgo es tal que el alcalde de Teba, Cristóbal Corral, lo cataloga de “tortuoso y mortal”. Precisa que aunque el tráfico siempre es intenso, por las mañanas, cuando más de 300 vecinos de su pueblo –el 10% de su población– se desplazan a la capital para trabajar o estudiar, “el atasco es increíble”. A esa hora lo que se suele recorrer en 45 minutos se convierte en más de una hora y media, cuando “dicho sea de paso –apostilla– si fuese todo autovía podríamos tardar 30 minutos”.
A esto, el alcalde tebeño añade que por esa carretera conducen muchos camiones, porque “el eje Teba-Almargen-Campillos representa un porcentaje del porcino muy elevevado en la provincia y la mayoría van al matadero de Cártama”. Esto complica aún más la cosa, ya que, “dirección a Málaga no hay ningún tramo para adelantar fácilmente”. “Si encuentras un camión, te lo comes hasta la autovía”, asegura.
Lo mismo señala el alcalde de Ardales, Juan Alberto Naranjo, que asegura que sus vecinos, muchos de los cuales trabajan en la capital, tienen que salir dos horas antes para llegar a tiempo. “Todas las mañanas nos quedamos parados en el cruce de Álora. Y después, en los accesos a Málaga igual, un poco más rápido porque es autovía, pero en Cártama te vuelves a quedar parado. Es increíble”, se queja.
El primer nudo se forma en el llamado cruce de Zalea o Álora, donde se juntan todos los que llegan desde Campillos, Ardales y Carratraca, más los que bajan desde Casarabonela o Alozaina, además de los de Álora. “Se ha mandado a la gente a vivir al interior, pero las comunicaciones no están en condiciones”, critica el regidor de esta última localidad, Francisco Martín, que lamenta que en ese cruce el atasco “antes era esporádico pero ya es diario”, afirmando que hay “malestar” entre sus vecinos por este asunto, también porque una vez superado ese escollo, y ya incorporados al tramo de autovía de la A-357, llega Cártama, otro punto negro.
Su alcalde, Jorge Gallardo, confirma que el municipio está “colapsado” todas las mañanas. “Entrar a Málaga es muy complicado. Si sales a las 6:00 vas lento, si intentas ir sobre las 8:00 vas en caravana, muy lento o parado. Y si hay un accidente o un coche en el arcén, olvídate de llegar”. Lo peor es que el tapón repercute en las arterias internas de la localidad, que se acaban colapsando igualmente, tanto en Cártama, como en la barriada de Doña Ana o la Estación, porque los conductores intentan buscar vías de escape. “Cualquier accidente hace que el atasco llegue hasta Casapalma y cruce el término municipal entero”, dice. Además, Gallardo señala que otro problema está en la A-7052, a la altura del semáforo de Santa Rosalía Maqueda, en la capital. Por eso, afirma que ha enviado ya tres escritos al Ayuntamiento de Málaga para pedirle que regule ese semáforo “de otra forma”.
En el caso de Alhaurín de la Torre, el problema se traduce en atascos de unos 20 minutos al incorporarse a esta carretera para entrar a la capital, según señala el alcalde, Joaquín Villanova, que sostiene que “en horas puntas la A-357 está a un nivel muy por encima del cien por cien de su capacidad”. “Está colapsada, es una realidad palpable”, dijo.
El problema está claro, pero ¿y las soluciones? Una de ellas es el desdoblamiento. La Junta de Andalucía licitó el pasado julio –tras 16 años con el proyecto paralizado– las obras para hacer los primeros 4,2 kilómetros, lo que contempla la ampliación de la autovía entre Cerralba (Cártama) y Casapalma (Pizarra), con la intención de que los trabajos comiencen en 2026. La promesa es licitar los otros 4 kilómetros (hasta Zalea) en 2027. Al respecto, los alcaldes consultados ven positivo que el proyecto comience a avanzar, pero critican que se queda corto, aunque valoran que cuando el desdoble esté completo ayudará a dar fluidez al tráfico más hacia el interior. En este sentido, el alcalde de Pizarra, Félix Lozano, defendió que el desdoblamiento es necesario y que servirá para “que podamos ir llegando a la entrada a Málaga más descongestionados”. Asimismo, sostuvo que las obras del carril bus-VAO que se están llevando a cabo contribuirán a “agilizar” la circulación a la altura del Clínico y la Universidad.
Por su parte, el primer edil de Campillos reclamó el desdoble desde su municipio y el cruce de Ronda y criticó que “ya no nos podemos permitir más una Málaga de dos velocidades, una que se desarrolla en la costa y otra que está aislada y en decadencia en el interior”. “Nos merecemos tener las mismas oportunidades de desarrollo y de crecimiento”, dijo. Para el alcalde de Teba, cualquier actuación que sirva para mejorar la A-357 sería “la inversión del siglo, no por su valor, sino por su importancia”. No obstante, la mayoría de regidores consideró considera que la solución pasa por reforzar los transportes públicos, tanto de autobús como de Cercanías.
En este sentido, el regidor de Alhaurín el Grande, Anthony Bermúdez, insistió en que la Junta y el Consorcio Provincial de Transportes tienen que “ampliar esfuerzos” para que, en el caso de su municipio, ampliar los autobuses que lo conectan con la capital y que estos pasen por Cártama, ya que según explica, ahora la mayoría pasa por Alhaurín de la Torre, “cuando el trayecto más corto es por Cártama a través de la A-357”.
El alcalde de Cártama también incide en que la clave está en apostar por el transporte público. Así, Gallardo insiste en aumentar los horarios y trenes de la línea C-2 del Cercanías, además, plantea hacer un apeadero del tren a la altura del parque tecnológico y un aparcamiento disuasorio “para meter una lanzadera y que los trabajadores del PTA puedan ir en Cercanías”.
Para el regidor de Alhaurín de la Torre la solución también pasa por el transporte público: “Tenemos que volver al tren, porque los coches no son la solución”. Además de esto, apostó por construir un vial distribuidor desde el nuevo acceso a la A-7 que el municipio ha inaugurado recientemente, hasta los polígonos. La misma opinión mostró el alcalde de Ardales, que afirmó que muchos de sus vecinos ya van a Pizarra a coger el Cercanías. En su caso, lo fundamental es tener más frecuencia de autobús, para que el servicio sea realmente efectivo. “Ahora tenemos seis en todo el día y al hospital, por ejemplo, solo va uno”. “Al final la gente tiene que coger su coche y la carretera está como está”, lamentó. En este punto, Naranjo criticó que su Ayuntamiento lleva desde 2019 pedir entrar en el Consorcio de Transportes de Málaga.
Por último, también el regidor de Álora consideró que “no hay muchas más soluciones que intentar que el transporte público funcione mejor”. De hecho, aseguró que desde que el tren llega al Chorro y hay 14 frecuencias a Málaga, la estación de Álora está “llena de coches”. Por eso, pide al Ministerio ir más allá y cubrir las franjas en las que no hay frecuencia para que desde las 6:40 hasta las 22:30 haya “un tren cada hora”. Asimismo, criticó que la línea de autobuses es “muy deficitaria”.
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