Una isla inglesa en el Cerrado

El colegio St. Georges School cuenta ya con 700 alumnos que estudian el currículum británico · Artes, Audiovisuales o Tenis son algunas de las asignaturas optativas

1. Varios alumnos observan un experimento en un laboratorio. 2. Niños jugando en clase. 3.  Los pequeños hablan en inglés desde que llegan al colegio. 4. Los pequeños, en el comedor escolar. 5. Clases de tenis. 6. Gimnasio del centro educativo.
1. Varios alumnos observan un experimento en un laboratorio. 2. Niños jugando en clase. 3. Los pequeños hablan en inglés desde que llegan al colegio. 4. Los pequeños, en el comedor escolar. 5. Clases de tenis. 6. Gimnasio del centro educativo.
Nacho Sánchez / Málaga

03 de noviembre 2008 - 01:00

La tranquilidad de los pasillos del centro apenas se rompe por algún comentario en inglés. A pesar de que el colegio se encuentra en Cerrado de Calderón, allí lo que domina es el idioma de las islas, incluso para los más pequeños de 3 años. "Hello", saludan, a pesar de que sólo un pequeño porcentaje de los casi 700 alumnos procede del Reino Unido. Se trata de la escuela St. George School, un ejemplo de la docena de colegios ingleses que hay en la provincia.

Allí el currículum que se estudia es el británico. Y el inglés es el único idioma permitido para hablar en clase y en el que todos se examinan, salvo Literatura y Lengua Española, que es en español "y sirve para que no se pierdan las raíces", afirma el director, James Shallcroes. Hasta los exámenes de los tres últimos cursos antes de la universidad proceden de Inglaterra y son corregidos también en ese país. "Así los chavales pueden entrar en cualquier universidad inglesa o española sin ningún problema", añade Shallcroes, que regenta un grupo empresarial en el que se incluye otro centro en Roquetas y uno más en Córdoba, aunque con ideas de expandirse por Madrid, Barcelona, Sevilla o el País Vasco. "La educación no está en crisis", asegura.

Pasar las puertas de este centro privado supone entrar en un mundo diferente al de la educación pública española. Hay una plantilla de profesores y monitores de ayuda de casi 70 personas (uno por cada diez alumnos) y las clases apenas superan la docena de estudiantes. Incluso hay asignaturas con sólo dos. "Nuestras claves son la motivación, la nueva pedagogía, tener muchos recursos para la educación y un gran compromiso de toda la comunidad", subraya Shallcroes, orgulloso de que tres de sus alumnos hayan obtenido un diez en las últimas pruebas de convalidación (como la selectividad) para optar a ser universtario. De hecho, allí la educación es "a la carta" y desde muy jóvenes pueden elegir asignaturas como Administración de Empresas.

Visitando la escuela no es raro encontrarse a los alumnos viendo a su profesora hacer de flippy con experimentos en los tres laboratorios para las clases de Física y Química, observarlos cámara en mano para la realización de cortometrajes y documentales en la de Audiovisuales, verlos pintar con témperas u otros materiales mientras aprenden técnicas variadas para Artes o miran con interés unas pizarras con internet para analizar la situación actual en Economía visitando la web de una petrolera. Y llegar al aula de Historia es introducirse de lleno en el pasado más reciente, aunque sólo sea para observar una amplia colección de carteles de los aliados en la II Guerra Mundial.

La educación de este colegio se complementa con un gran gimnasio donde hay un aula para las clases teóricas y varias máquinas para las prácticas, aunque en cuestiones deportivas es posible cursar clases de baloncesto, fútbol o tenis (impartidas por un padre) y hasta pertenecer a un club de judo o de pádel. "Pero no somos un colegio pijo, aquí sólo hay gente normal. Lo que pasa es que es un centro privado que se basa en el estilo público de Inglaterra", concluye el máximo responsable de la escuela.

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