La ley antitabaco cumple un mes sin conflictos en su aplicación

Salvo casos anecdóticos, la norma se ha implantado sin sobresaltos · Los hosteleros insisten en que su entrada en vigor ha recortado en torno a un 30% sus ventas

La prohibición de fumar en el interior de los establecimientos de hostelería ha hecho que muchos clientes opten por las terrazas.
La prohibición de fumar en el interior de los establecimientos de hostelería ha hecho que muchos clientes opten por las terrazas.

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La ley antitabaco -que ha cambiado el hábito secular de fumar en bares, restaurantes o discotecas en pos de arrinconar una adicción responsable de múltiples enfermedades- cumple su primer mes de aplicación sin conflictos, salvo un puñado de casos anecdóticos y con el persistente y furibundo rechazo de los hosteleros que la culpan de la caída del 30% de sus ventas. El asador de Marbella insumiso con la norma, los dos policías de Vélez agredidos en una cafetería por advertir a unos clientes que no podían fumar y el desalojo de un bar de Ronda donde supuestamente se celebraba "una reunión privada" han sido los únicos incidentes en la provincia que han empañado una implantación sin estridencias.

La voz más crítica con la nueva ley es la de los hosteleros. El sector estima que la prohibición de fumar en bares, cafeterías, restaurantes, discotecas y salas de fiesta ha recortado sus ventas en torno a un 30%. El presidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de Málaga (Aehma), Rafael Prado, apunta que en años anteriores durante la cuesta de enero, los ingresos de caja caían entre un 10 y un 15%. Este año elevan las pérdidas a alrededor del 40% y lo achacan al efecto antitabaco. "Si la situación persiste en febrero, van a caer sobre todo pequeños establecimientos", vaticina Prado.

El panorama que trazan los hosteleros es muy negro. Desde Aehma se calcula que podrían producirse un 2% de despidos en el sector. Además, se apunta que ya muchos contratos no se han renovado y que incluso algunos han sido cortados antes de su finalización. Los empresarios le han echado imaginación y dinero a la situación potenciando las terrazas -donde sí se puede fumar- mediante estufas y mantas para que los fumadores puedan seguir disfrutando a la vez de comida, copa y cigarrillo. Pero Prado lamenta que el frío y la lluvia no hayan ayudado. Según Aehma, los restaurantes están perdiendo mucho las copas, lo que supone en torno a un tercio de su facturación, porque tras la comida los clientes salen a la calle "locos por fumar". Más allá de quejarse, el sector ha decidido pasar a la acción. La semana pasada, la Federación Andaluza de Hostelería acordó ponerse a trabajar para reunir 500.000 firmas con las que presentar una iniciativa legislativa popular para modificar la ley.

Sus defensores, en cambio, tienen otra visión. Salvador Oña, especialista en deshabituación tabáquica de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), cree que su aprobación ha sido "francamente positiva" y que se está aplicando con "un altísimo grado de cumplimiento". En contra de lo que sostienen los hosteleros, el facultativo de la AECC defiende -"por lo que me trasladan camareros y propietarios de establecimientos de hostelería"- que la bajada de facturación se debe más a la pérdida de poder adquisitivo que al efecto de la ley antitabaco. Oña defiende la nueva legislación y argumenta que no va contra los fumadores sino que protege a las personas de un producto tóxico. "No es una ley de prohibición, sino protectora de la salud de todos", esgrime y a continuación recuerda que en su día también hubo mucho rechazo a que no se permitiera fumar en el cine o los aviones y en la actualidad ya se ha asumido como algo normal.

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