Las nuevas estrategias de las mafias

Las narcolanchas irrumpen en la Costa del Sol en plena escalada del crimen organizado

  • El narco deja seis asesinatos en lo que va de año

  • Una traición entre bandas permite descabezar una de las bandas más activas 

Vídeo de la operación con 15 detenidos de una de las bandas de narcos más activas / Policía Nacional

Las reglas del juego han cambiado. La maquinaria de los narcos funciona como un reloj suizo. Sin descanso y en continua evolución. Atrás quedaron los cordeles para ahorcar al enemigo o al traidor. Ahora priman los sicarios financiados para finiquitar por la vía rápida –y a plena luz del día– un negocio fallido. En este contexto ganan también terreno los desembarcos de droga en las playas protagonizados por las narcolanchas, que irrumpen en la Costa del Sol coincidiendo con la escalada del crimen organizado, cuya tecnología avanzada ya pone contra las cuerdas a los investigadores.

La última de estas embarcaciones semirrígidas para descargar hachís fue interceptada en una operación de la Policía Nacional que permitió desarticular una de las organizaciones más activas en el tráfico de esta sustancia en la provincia. Además de una narcolancha de 12 metros de eslora con tres motores, los agentes también descubrieron ropa estanca para su pilotaje y material electrónico de navegación marítima. Hubo 15 detenidos  y 1.200 kilos de hachís incautados.

El origen de la actuación fue un vuelco –o robo de droga– ocurrido en la barriada de Puerto de la Torre por las desavenencias de uno de los miembros de la organización con el resto del grupo. El operativo venía a demostrar la nueva estrategia policial para combatir el narco: atacar las infraestructuras de los clanes de la droga. A comienzos de octubre, la Guardia Civil decomisó otra narcolancha con 80 fardos de hachís en la que viajaban unos supuestos traficantes, que se vieron obligados a rescatar a los agentes que lo perseguían en Mijas. Apenas había transcurrido un mes cuando el hamaquero de un chiringuito de la playa de El Bajondillo, en Torremolinos, alertaba de que una embarcación había sido abandonada en la arena, tras lo que varios ocupantes huían.

Además de las infraestructuras diseñadas para gestionar la droga, también se han recrudecido los métodos para las ejecuciones. El uso de la metralleta supone un salto cualitativo que preocupa a la Policía. La última víctima fue un joven esloveno de 20 años acribillado hace un par de semanas en un acantilado de Mijas. Era el sexto crimen relacionado con las batallas que libran las mafias en la Costa del Sol.

Tras la reciente oleada de episodios violentos, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, pidió “coordinación e interés político” en la lucha contra el tráfico de drogas y ha planteado que el problema se aborde como una “cuestión de estado”. Insistía además en la importancia de aumentar las plantillas de la Policía Nacional, una reivindicación que también defienden el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Unión Federal de Policía (UFP), además de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Málaga.

El uso de la metralleta da un gran salto cualitativo que preocupa a la Policía

Según los últimos datos difundidos por el Ministerio del Interior, entre enero y septiembre se produjeron 17 homicidios y asesinatos consumados, frente a los 15 que hubo en el mismo periodo de 2018. Los investigadores vinculan al menos seis de ellos al narcotráfico. Se sumaban a los 22 que hubo en grado de tentativa, por debajo de los 38 registrados en el ejercicio anterior. Las estadísticas reflejan también ocho secuestros. Entre las víctimas, un individuo que, tras lograr huir en Marbella, acabó detenido junto a sus tres captores.

Un secuestro para robar 27 kilos de cocaína

La investigación permitió conocer entonces que el traficante, mientras realizaba una transacción de cocaína, fue retenido a la fuerza y que horas más tarde pudo escapar. El padre de la víctima puso en alerta a los investigadores. Denunció que su hijo estaba secuestrado y que exigían el pago de 24.000 euros para su liberación. El secuestro se resolvió casi de forma simultánea a otro, tras el que un británico fue detenido acusado de torturar, presuntamente, a un narco para robarle 27 kilos de cocaína. Había maniatado a la víctima hasta conocer dónde tenía escondida la droga.

El año 2018 ya había dejado la muerte de un narco conocido como Maradona a la salida de la Primera Comunión de su hijo, bombas en un chalet de una urbanización de lujo en Benahavís o en una nave de un polígono industrial de San Pedro de Alcántara, propiedad de miembros de una banda de narcos. Y tiroteos, con un récord de homicidios y asesinatos que aturdieron a la Costa, entre ellos el de Brian Martos, un conocido narcotraficante, en un restaurante de Estepona. Fueron 21 las víctimas mortales –9 en el caso de 2017– y medio centenar los intentos de asesinatos.

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