La Fiscalía General del Estado derivará las investigaciones sobre los supuestos casos de bebés robados en España a cada fiscalía provincial y nombrará un coordinador general para conocer y vigilar todas las denuncias presentadas. Así lo aseguró ayer el abogado de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), Enrique Vila, quien precisó que "este procedimiento es el habitual" y negó la filtración publicada la pasada semana por varias agencias de prensa en las que se aseguraba que el fiscal general, Cándido Conde Pumpido, había rechazado investigar las 261 denuncias presentadas por Anadir.

"No pudimos desmentirlo porque no teníamos la notificación del fiscal. Nos ha llegado hoy [por ayer] y nos dice que admiten la denuncia y que la remitirán a cada fiscalía provincial. Es lo que pedíamos, ya que el fiscal general no puede investigar físicamente todos los casos, sino que se tiene que apoyar en la estructura piramidal", continuó Vila.

El abogado subrayó que el coordinador que se designe "vigilará" que se investiguen las 261 denuncias presentadas el pasado 27 de enero por Anadir, cada una en la provincia que le corresponda, aunque también deberá ser informado de otras denuncias sobre la misma materia que se hayan presentado en la Fiscalía y que no estén dentro de esas 261. Éste es el caso, por ejemplo, de la denuncia presentada por la malagueña Isabel Agüera, que fue la primera en llevar su caso ante la Fiscalía de Málaga el pasado verano y que no formaba parte de la denuncia colectiva de Anadir porque la Fiscalía malagueña ya estaba investigando su denuncia con anterioridad.

En la Fiscalía provincial ya hay cuatro denuncias puestas por supuestos casos de bebés robados y se espera que haya más en las próximas semanas ya que en estos momentos hay en torno a 30 familias malagueñas que sospechan haber sido objeto de fraudes similares. La historia de los bebés robados es similar en casi todos los puntos de España. Mujeres, normalmente muy jóvenes con pocos recursos económicos y familiares o con muchos hijos que mantener, daban a luz en el hospital pero no veían al bebé. Minutos más tarde, el personal sanitario les aseguraba que el pequeño había muerto, aunque nunca les dejan ver el cadáver ni enterrarlo. Los denunciantes creen que estos bebés nunca fallecieron sino que fueron vendidos a familias adineradas o próximas al régimen franquista entre los años 50 y 70, aunque también se están escuchando casos incluso de los años 80 y 90.