Premios Malagueños de Hoy 2024: a quienes luchan por una sociedad mejor
'Málaga Hoy' reconoció en una gala celebrada el pasado lunes a personas y proyectos que son ejemplos de entrega, superación y trabajo duro
Premios Malagueños de Hoy 2024, en fotos
No todas las historias pueden ser portada. Y eso que, sin pensarlo mucho, resulta fácil señalar varias que este año lo han sido en muchos medios. Figuran en esta lista el enquistamiento de la guerra entre Rusia y Ucrania, la escalada del conflicto bélico en Oriente Medio o los terribles efectos de una inmisericorde DANA que se ha llevado consigo más de 220 vidas en Valencia. Pero tras ellas, camufladas entre las coberturas de primera plana que la realidad acaba por imponer, subyacen, opacadas por esta vorágine informativa, toda una serie de relatos humanos, positivos, inspiradores, que hacen que siga mereciendo la pena echarle horas al asunto, ya sea dándole a la tecla cada día o examinando con detalle el resultado junto al café de la mañana. Hablamos de personas y proyectos que son ejemplos de entrega, superación y trabajo duro; verdaderos espejos en los que mirarse, que siguen adelante sin importar los contratiempos. A ellos son los que cada año, desde su fundación hace dos décadas, reconoce la redacción de este periódico, que celebró su XX edición de los Premios Malagueños de Hoy el pasado lunes 2 de diciembre, en una gala que tuvo lugar en el Museo del Automóvil y la Moda bajo el patrocinio de la Fundación Unicaja, y que contó con una amplia representación de la sociedad malagueña.
En ella se galardonó a una serie de personalidades que han llevado a cabo una labor preeminente en los planos de la solidaridad, la investigación sanitaria, la expresión artística, el desarrollo empresarial y tecnológico, y el deporte de élite. La conducción quedó a cargo del periodista de Málaga Hoy Jorge Pedrosa, que hizo repaso de las acciones más destacadas de los premiados en su campo de acción. También intervinieron el director de Actividades Sociales de la Fundación Unicaja, Miguel Gil; el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado; y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.
Arrancaría el turno de autoridades Gil, que reflexionó sobre el papel de los periodistas, encargados de "interpretar y narrar la realidad" a la par que reflejar "situaciones dramáticas", pero que con ocasiones como esta, apostilló, son capaces de calibrar el oficio. Dedicaría, a su vez, unas líneas a los galardonados, a los que definió como actores "de una Málaga valiente, solidaria, que no se conforma".
El presidente de la Diputación, por su parte, solicitó a las administraciones que se pongan manos a la obra, en el sentido de empezar a colaborar, para impulsar mejoras en las conexiones, como el tren litoral. "Eso es lo que le pido a 2025: un acuerdo para que la movilidad se solucione cuanto antes".
Entretanto, De la Torre abordaría brevemente el tema de la vivienda. Sobre él, puso de relieve la ejecución de VPO en zonas como Cortijo Merino y Distrito Zeta, con más de 1.000 residencias de este tipo en vías de construcción. Igualmente, pidió al Gobierno central que "no tenga miedo" a la hora de imponer un "impuesto a las pernoctaciones en viviendas turísticas para que los ayuntamientos puedan abaratar los alquileres" y calificó a la ley estatal como uno de los factores que han hecho incrementar su precio.
Llegado el momento, el primer protagonista de la noche fue el joven Mansour Konte, que se mostró muy agradecido ante el micrófono con la hospitalidad de los malagueños. Nacido en Guinea Conakry, arribó a una playa tinerfeña hace un año (ahora tiene 19). Una edad que no le ha sido impedimento para convertirse en un precoz símbolo de la ayuda al prójimo en la ciudad por un acto espontáneo, y por el que ha recibido una avalancha de reconocimientos públicos.
Él se encontraba en su habitación, con sus compañeros, cuando vio a una mujer en apuros en la calle Héroe de Sostoa, en mitad del agua y paralizada. Entonces, decidido, bajó, la cogió en volandas y la llevó a un margen, a un lugar seguro. La acción, como tantas otras, podía haber quedado en la más absoluta intimidad, pero fue grabada por un vecino desde un balcón y colgada en redes sociales. A partir de ahí comenzaría todo. Mansour, que desde hace meses reside en un centro de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), ha recibido varias ofertas de trabajo, ha sido recibido por el alcalde y designado Rey Baltasar para la próxima cabalgata. Su participación, además, ha dado pie a que el Consistorio acuerde que quienes interpreten a este emisario de Oriente en el futuro sean personas negras. No habrá más Baltasares pintados con betún.
En esta edición el premio de cariz más social fue compartido para reconocer así a varias personas que han realizado labores destacadas durante las lluvias torrenciales que azotaron Málaga en los últimos meses. De este modo, se otorgó también a María Ramos, presidenta de la Asociación de Cáncer de la Axarquía 'Esperanza', con sede en Vélez-Málaga y unos 250 socios, por, además de realizar una labor encomiable de acompañamiento a enfermos y allegados, desplazarse a Benamargosa junto a un nutrido grupo de voluntarios a ayudar a los damnificados por la riada.
Hasta allí, compartió Ramos con el auditorio, llegaron tras coordinar su respuesta con el alcalde de la localidad, que les indicó cómo podían ser más eficaces. "Además de limpiar y llevar material nos encargamos en gran parte de la comida: desde las seis de la mañana nos pusimos a hacer más de 600 bocadillos que repartimos a quienes se presentaron", explicó la presidenta, que recogió la estatuilla en nombre de todos los voluntarios. Asimismo, tuvo a bien dar unas pinceladas del trabajo que realizan en la asociación, que empezó su actividad en 2010 de mano de varias mujeres que padecían esta enfermedad y se encontraban recibiendo tratamiento. Algo que no solamente las unió, sino que las impulsó a volcarse con quienes vivían su misma situación.
Desde otro plano, pero con la vista en la lucha contra el cáncer, se desempeñan Ana Dácil Marrero y Miguel Ángel Medina, coautores junto a Casimiro Cárdenas, Laura Castilla, Juan Ortega, Ana Rodríguez y Beatriz Martínez de un estudio que demuestra que el aceite de oliva virgen extra puede contribuir a frenar el avance de esta enfermedad. Publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, este artículo versa sobre la capacidad del oro líquido para paralizar el avance de los tumores, en la medida en que detiene la formación de nuevos vasos sanguíneos, la vía por la que estos se reproducen. Un hallazgo bien avenido de un producto que cuenta con conocidos efectos positivos sobre la salud como sus propiedades antioxidantes o antiinflamatorias.
Ambos investigadores, vinculados al Ibima y la UMA, dedicaron unas palabras en representación del resto de autores. Resaltaría el discurso de Medina, que aprovechó el altavoz para realizar un llamamiento a las instituciones para mejorar la financiación para la ciencia. "El mensaje que queremos transmitir es que este país se tiene que tomar la ciencia en serio", dijo Medina para, a renglón seguido, añadir que su deseo "es que cambie el sistema de financiación para que los grupos de clase media de la ciencia que tienen un historial demostrado tengan garantizada al menos unos fondos mínimos para subsistir".
Y de la investigación, al arte. La siguiente en recibir el galardón sería Berna Perles, quien, por derecho, figura ya al frente del panorama lírico nacional como cantante cada vez más reclamada en los primeros escenarios del país. Versó Perles, tras la reglamentaria fotografía, sobre el camino vital del artista. "Todos nacemos con dones que no dependen de nosotros, pero es nuestro derecho y nuestra responsabilidad desarrollarlos como forma de dar lo mejor de nosotros mismos a la sociedad". Un proceso para el que, dijo, se necesita perseverancia porque "el camino artístico te exige fe ciega en resultados absolutamente inciertos". Esto no siempre es posible, ya que se necesitan recursos que respalden esas acciones. Y que, huelga decir, no todo el mundo tiene. "Me preocupa la desigualdad. La falta de recursos hace que muchos artistas nunca vayan a poder enseñar su obra", reivindicó la soprano.
Su agenda de 2024, por cierto, no ha llegado todavía a su fin: el próximo día 9 protagonizará una nueva producción de La Traviata en el Teatro Principal de Burgos; y el 19 y 20 volverá al Teatro Cervantes como solista para la Misa de la Coronación de Mozart junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga. El año 2025 volverá a firmar otros retos de altura para Berna Perles, como su regreso al Teatro de la Zarzuela, donde todavía se mantiene caliente el éxito abrumador que cosechó en 2023 con El caballero de Olmedo de Arturo Díez Boscovich; será en esta ocasión como protagonista de La Revoltosa de Chapí, a lo largo del mes de abril, bajo la dirección escénica de Juan Echanove.
En el capítulo empresarial (y aquí hay quorum) la novedad más importante en los últimos tiempos ha sido la elección de Málaga por parte del IMEC, el principal centro de diseño y desarrollo de chips del mundo. El camino para que esto fuera posible ha sido largo y muchos actores han puesto de su parte, pero no por ello conviene anonimizar el asunto. Dentro de ese plantel destaca, sobre todo, Mario Nemirowsky, quien es doctor por la Universidad de California Santa Bárbara, ha sido ingeniero senior y arquitecto jefe en General Motors; investigador de propiedad intelectual en Apple Computers; y arquitecto jefe en National Semiconductors o profesor en la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA).
Y quien, actualmente, en calidad de jefe de Microelectrónica de la Fundación Instituto Ricardo Valle (este instituto también fue reconocido en la gala), medió para que el desembarco de este centro de referencia se hiciese efectivo. "Traté de llevar la innovación en Argentina, no pude; traté de hacerlo en Barcelona, no había sistema; finalmente, cuando estaba en EEUU me convencieron de que el lugar era Málaga. Y funcionó". Cosa que ha sido posible gracias a la colaboración multinivel. "Hay un esfuerzo y una comunidad que es única. La gente se une, trabaja en sintonía. Eso no lo he visto ni en Estados Unidos", aseguró antes de señalar como principales valedores al Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, el Gobierno central o la colaboración de la Universidad de Málaga.
Lo introdujo bien el presentador: aquella tarde de junio la redacción "casi se cae". El gol de Antoñino Cordero, desde ese momento con un hueco en los anales de la historia del club, lo cambió todo en Tarragona. Y es que aquel tanto supuso, nada menos, que la vuelta del Málaga CF al fútbol profesional. Una maniobra a todas luces amasada por los jugadores, pero que, hay que reconocer, tuvo detrás un liderazgo mañoso, desde la sala de máquinas, para guiar a todo un equipo. El encargado de aquella gesta fue Sergio Pellicer, que comenzó definiendo su trabajo como "gestor de hacer creer a los jugadores". Esta encomienda, apostilló, recae tanto en él como en el staff técnico y el equipo directivo de Martiricos, a quien dedicó parte de su disertación porque "han vivido un año duro", y porque sin ellos "esto no habría sido posible".
"Vivimos muy deprisa y eso me ha hecho reflexionar", dijo Pellicer, que trazó un hilo conductor entre los premiados en valores como las ganas de seguir adelante y animó a ver el lado más humano de cada cual. "En nosotros siempre hay algo que nos hace desde dentro". Tras ello, el entrenador que devolvió al Málaga al lugar que se merece (o, mejor dicho, lo acercó un peldaño) se acordó de familiares que ya no están y conminó al auditorio a poner "pasión, pero sobre todo sentimiento" en lo que hacen.
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