Málaga

Las protectoras de animales de Málaga, alarmadas por el incremento de abandonos a causa de la inflación

Las protectoras de animales se ven saturadas; los animales, se quedan sin dueños

Las protectoras de animales se ven saturadas; los animales, se quedan sin dueños / Javier Albiñana

Las protectoras de animales denuncian que con la inflación son muchas las familias que abandonan a sus animales, con la obligación de tener que hacerles sitio en sus instalaciones a pesar de la limitación de recursos, afectados también por la crisis. En el sector, todo lo relacionado con productos y material para las mascotas ha visto incrementado su precio entre un 35 y un 40%. El pienso es el que más ha subido ,según las protectoras contactadas, en un 25-30%.

A la Sociedad Protectora de Animales y Plantas en Málaga –de iniciativa privada con más de 200 socios– se le dificulta cubrir todos sus gastos con 14 personas en plantilla y con la subida reciente del salario mínimo. “Nos la apañamos como podemos, ningún animal deja de ser atendido. Nos nutrimos por nuestras acciones, las cuota de socio y tenemos un convenio con el ayuntamiento”, explica Carmen Manzano, presidenta de la Protectora. Aún con la crisis, la asociación tiene que mantener la calidad de su material. “Con un pienso de mala calidad un animal es más propenso a coger enfermedades y de todo”, detalla.

El problema sigue siendo el mismo: el abandono de animales persiste, y cada día va a más. La responsabilidad recae sobre las familias, que toman al animal como un simple producto. “La gente cuando abandona al animal te cuentan muchas milongas, es muy difícil que te digan la verdad, que si me cambio de piso, que los niños tienen alergia..”, argumenta.

María, de la Protectora Pavlelas, señala que la gente en general se toma la adopción como una “moda pasajera” y son ellos los que después “pagan los platos rotos”.  “Hay cada vez más abandono, nunca en la vida ha habido tantos. Tú vas al refugio y ves perros grandes, pastor belga, Bearbed Collie...”, explica. “No puede tener un Bearbed metido en un piso porque se queda sin piso. La gente compra sin saber lo que está haciendo, las protectoras nos comemos ese consumismo absurdo”.

Esta mala conducta se perpetúa en mayor grado en las fechas navideñas, donde los padres obsequian a sus pequeños con una mascota y no son conscientes de lo que significa. Las protectoras son muy estrictas, incluso muchas de ellas se niegan a dar adopciones por Navidad. “Cuando me viene una familia que quiere, le digo que vaya a El Corte Inglés a comprarse un peluche. Los animales no son un regalo”, afirma María. Por desgracia, las familias, en su deseo de hacer feliz a sus hijos, buscarán otra asociación o empresa que les acepte. “La gente recoge perros en un sitio donde no hay tanto seguimiento, si un padre está obsesionado con darle al niño un animal ira a otro sitio”.

A pesar de la demanda que puede incrementarse en estas fechas, las protectoras tienen claro que lo más importante es salvaguardar la protección del animal. “El problema termina igual, porque si hay uno que adopta de verdad hay 10 detrás que lo abandonan, de qué nos sirve a nosotros que lo tiren después a la calle, es la pescadilla que se muerde la cola”, expone María. “Está por encima los protocolos. Me da igual si vienen 20 familias, porque de esas 15 a los 2 meses lo llevan al refugio”. 

Por ello, las personas encargadas de este tipo de asociaciones llaman a la prudencia y a ser conscientes de la tarea que significa tener a un animal. “Es un ser vivo, que quiere estar atendido, que le coge cariño a las cosas”, afirma María. “En el momento que terminen las fechas se vuelve a las rutinas, los niños vuelven al cole, los padres con el trabajo, el perro se queda solo en casa puede hacer todos los destrozos que quiera y más.  Todo hay que evaluarlo, eso requiere un dinero”. 

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