Málaga

'El secuestro de la voz de Mía', un cuento compartido entre nieta y abuelo

  • Miara Campos y Antonio Montoro han publicado en Ediciones del Genal el primer libro de la serie ‘Mía y el abuelo’, un éxito de ventas en la Feria del Libro de Málaga

Miara Campos y Antonio Montoro con el libro en los Jardines de Picasso de Málaga.

Miara Campos y Antonio Montoro con el libro en los Jardines de Picasso de Málaga. / Marilú Báez (Málaga)

Sorprendida y un poco asustada, Miara Campos se señaló la garganta para intentar comunicar a sus padres que no podía hablar. Una afonía repentina la dejó sin voz una mañana. Visitó al médico y poco después fue a casa de su abuelo. Antonio la animó y emprendió con ella un juego narrativo, una historia contada entre ambos que fue creciendo con la imaginación desbordante de una niña que no había cumplido ni los siete años.

Pasaron las palabras al papel, ilustraron sus aventuras y confeccionaron un cuento que gustó mucho a toda la familia y que poco después se convirtió en el libro Mía y el abuelo. El secuestro de la voz de Mía. Ya va por su segunda edición y fue un éxito de ventas en la pasada Feria del Libro de Málaga.

“Le dije que lo que le había pasado era que alguien le había robado la voz y ahí empezó todo”, explica Antonio Montoro, maestro de Primaria durante 42 años, autor de dos libros de narrativa y otros tantos de técnicas educativas y vicepresidente del Colectivo Malagueño de Escritores. Entre las enseñanzas de la abuela Charo de lengua de signos y una libreta, Miara y su abuelo pudieron comunicarse en los primeros días. Cuando se recuperó, se sentaron a comenzar el trabajo de escritura.

“Fuimos a buscar mi voz un día después del cole, en una calle muy estrecha, donde había una casa abandonada. En ella encontramos a Cuca y Piqui, que son unos bichitos, quienes me habían quitado la voz, una cucaracha y un picudo rojo”. Así explica la joven escritora parte del argumento del cuento.

Su historia trata de exponer que las malas decisiones y los errores cometidos una vez no nos convierten en seres malvados. “Queríamos que ella y todos los niños vieran que detrás de personas y animales que tienen mala pinta o mala fama no hay siempre malas intenciones”, comenta Antonio.

Miara Campos, la joven autora de 9 años. Miara Campos, la joven autora de 9 años.

Miara Campos, la joven autora de 9 años. / Marilú Báez (Málaga)

Para el escritor es fundamental que los pequeños se acerquen a los animales observándolos, desde una posición de respeto. “Las dos partes básicas del cuento a nivel pedagógico son los valores que transmite, primero la relación intergeneracional, esa relación tan bonita con los mayores que no debemos perder, y segundo la relación con los animales y lo que podemos sacar de ella si huimos de la depredación, lo piso porque es feo y lo machaco”, considera el docente.

En sus paseos por la naturaleza con Miara y sus otros cuatro nietos no cabe otra posición ante los seres vivos que encuentran que mirarlos, dibujarlos, fotografiarlos, disfrutar de ellos en su entorno y buscar después información sobre ellos. “Soy un amante de la naturaleza, quizás es deformación profesional, a mis alumnos los llevaba siempre a observar animales, árboles, y esa pasión la intento trasladar también a los nietos”, dice Antonio, que lleva años trabajando con Ediciones del Genal.

“A Jesús Otaola le encantó la historia e iniciamos el proceso de publicación, nos pusimos en manos de la ilustradora Carmen Larios, su boceto nos enamoró a todos”, reconoce Antonio. En este 2020 salió a la luz el primero de los libros de Mía y el abuelo, aunque hay dos más escritos.

“Pensamos que encajaría bien en el mundo educativo y se editó con la intención de que entrase en los centros escolares como lectura de trimestre a partir de los 7 años, así que hacían falta otros dos más, seguimos con el juego y escribimos El patito que no podía nadar y Lucera, mi yegua favorita”, agrega Antonio.

"La relación intergeneracional está entre los valores pedagógicos del libro"

Los compañeros de equitación de Miara, sus primos y amigos se colaron en las páginas de los siguientes volúmenes que aún no se han publicado. Cada historia se narra en un ámbito distinto de Mía y siempre con el abuelo presente, ese “personaje al que pueden preguntar, al que piden ayuda y con el que reforzar los lazos”, comenta el escritor y subraya que su nieta y su fantasía infantil es la que “hace volar” las historias.

Miara, que asegura que no se esperaba este éxito y que ya casi todos sus compañeros tienen el libro, piensa seguir escribiendo. “En estas vacaciones de Navidad podemos empezar otro libro, ya tenemos una idea”, asegura.

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