Málaga ayer y hoy

El último edificio que dejó libre a la Catedral

  • Calle Císter era una vía estrecha con numerosas edificaciones adosadas al templo y que cuyo derribo asumió el Ayuntamiento de Málaga para permitir el tránsito rodado en la zona

Aprincipios de la década de los 40, sólo quedaba en pie un edificio adosado a la Catedral de Málaga y con su demolición quedó completada la liberación de la cabecera de este templo, que desde su construcción en el siglo XVI estuvo rodeado de casas y edificaciones en parte dedicadas al propio servicio del Cabildo catedralicio.

La demolición de las casas que constreñían la Catedral se debió inicialmente al objetivo de ensanchar la calle Císter, muy estrecha en el tramo entre Santa María y Cañón para permitir el tránsito rodado. Las expropiaciones y las obras de derribo y urbanización se desarrollaron a partir de 1926. Pero hasta 1934 no se hicieron las aceras y hasta 1939 no expropió el número 2 de la calle, el único que quedaba en pie y el que se ve en la foto, según el historiador Víctor Heredia.

En ese mismo año el arquitecto Fernando Guerrero-Strachan Rosado realizó un proyecto de embellecimiento de los alrededores de la Catedral en los solares de la calle Císter que dio como resultado los jardines que hoy existen. En una primera fase se ejecutó la parte más cercana a la calle Cañón y cuando se demolió el último edificio se completó con el solar que limitaba el Patio de los Naranjos. Los jardines quedaron terminados en 1941, coincidiendo con el fallecimiento de su autor, quien también concibió los jardines de Puerta Oscura y de Pedro Luis Alonso.

La idea de dejar a la vista esos muros de la Catedral era un viejo proyecto de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, que aspiraba a que el primer templo pudiera ser contemplado desde amplias perspectivas. Esta idea fue asumida por el Ayuntamiento de la capital en el Plan de Grandes Reformas de 1924, redactado por una comisión encabezada por el ingeniero José Bores Romero, señaló el experto.

El último edificio que dejó libre a la Catedral El último edificio que   dejó libre a la Catedral

El último edificio que dejó libre a la Catedral

A pesar de su radical transformación, la calle Císter siempre ha dado continuidad a la de Santa María desde la Catedral en dirección a la Alcazaba y la Aduana, completando el eje urbano que cruza el centro histórico hasta Puerta Nueva. El nombre de esta calle procede de la Abadía de Santa Ana de la Orden del Císter, convento de monjas que data de principios del siglo XVII. El primitivo edificio fue demolido en 1873 y posteriormente las monjas llegaron a un acuerdo con Antonio Campos, que había comprado los solares resultantes del derribo, para reedificar el convento en la parte interior de la parcela. Así, se hicieron edificios de viviendas, mientras que se trazó un pasaje (la calle de la Abadía de Santa Ana) que servía de acceso al convento.

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