Málaga

Las últimas lluvias apenas se dejan notar en los cultivos malagueños

El embalse de La Viñuela.

El embalse de La Viñuela. / Javier Albiñana

El déficit hídrico y la falta de precipitaciones que actualmente se está viviendo en Málaga siguen pasándole factura a los cultivos. Las lluvias que se dieron en la provincia hace unos días apenas se han dejado notar por las zonas de la Axarquía y el Valle del Guadalhorce. Los regantes del primer municipio aseguran que para que la lluvia beneficie a los cultivos deben caer unos 80/90 litros.

Los siete embalses malagueños suman 207 hectómetros cúbicos, lo que significa el 33% de su capacidad total. El que está en peor situación es el pantano de La Viñuela, el más grande de la provincia, que está al 9,3% (le caben 164 hectómetros cúbicos y apenas pasa de los 15), cada vez más cerca de su mínimo histórico situado en el 9,2%. Asimismo, el embalse del Guadalhorce se encuentra al 32,6% y el del Conde de Guadalhorce está al 26%. En el entorno de la capital está el de Casasola, al 48%, y el del Limonero al 41%, dos embalses pequeños que entre ambos juntan a día de hoy casi 20 hectómetros cúbicos. El embalse que mejor está es el de Guadalteba al 56,2% con 86 hectómetros cúbicos. Le sigue el de la Concepción que atesora 28 hectómetros cúbicos (está al 48,7%).

Las consecuencias de esta sequía se observan, sobre todo, en el campo. A día de hoy, los cultivos hortícolas son los que más peligro corren de perderse a no ser que llueva en los próximos días. En cambio, los cultivos arbóreos aguantan un poco más, pero también necesitan agua antes de que se deterioren hasta el punto de no poder recuperar.

En esta situación están los regantes de la Axarquía, los cuales no tienen acceso al agua del pantano de La Viñuela, ya que está solo está disponible para el abastecimiento. El presidente de la Junta Central de Usuarios del Sur del Guaro y de la comunidad de regantes Cerro de la Encina (en Vélez-Málaga), José Campos, asegura que “la situación es cada vez peor, sí que anochece antes y tenemos más horas de oscuridad, pero el tiempo no ayuda”.

Asimismo, las lluvias de hace unos días no se han dejado notar por esta zona donde, según Campos, como máximo cayeron dos litros. “Mientras que no llueva la situación no va a mejorar” y para conseguir que las precipitaciones se dejen notar en los cultivos tienen que caer 80 o 90 litros, “no tienen que caer de golpe”, sino de forma prolongada.

La preocupación es notable, puesto que Campos remarca que “la situación es cada vez más irreversible, va a más y el deterioro es cada vez peor”. Si finalmente las lluvias llegan a Málaga “el aguacate y el mango no hay que regarlo”, pero si no llueve los cultivos hortícolas pueden perderse y las arboledas "irán sufriendo cada vez más". En este sentido, a la falta de precipitaciones se añaden los vientos del norte, con componente oeste en el litoral que llegaron a la Axarquía con rachas de hasta los 60 kilómetros por hora, “que resecan lo que no está escrito”.

Estas lluvias no han mejorado su situación, los regantes desconocen qué es lo que va a pasar. Lo que sí tienen claro es que “el campo sigue necesitando agua urgentemente” y esperan que en estos próximos meses lleguen más precipitaciones.

Riego de los cultivos con aguas regeneradas

A día de hoy, están regando los cultivos con las aguas regeneradas de los terciarios. El EDAR de Vélez-Málaga es el que les está proporcionando el agua necesaria a estos regantes. Así pues, José Campos ya aseguró hace unos días que los agricultores esperan que las obras de conexión de los tratamientos terciarios de la EDAR de Rincón de la Victoria con los regadíos del Plan Guaro estén listas lo antes posible. Además, aquellos agricultores que tienen pozos en sus tierras, están haciendo uso del agua de estos. 

Por otro lado, la situación que están viviendo los regantes del Valle del Guadalhorce es muy parecida a la de la Axarquía. Desde la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema) señalan que en las últimas precipitaciones cayeron como máximo unos cinco litros en la zona de Cártama, Pizarra y Campanillas. De este modo, aseguran que para que se notaran las lluvias en los cultivos “necesitaríamos unos 40 o 50 litros”. Cierto es que consideran que estás “han limpiado el ambiente y han humedecido el campo, pero poco más”.

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