Málaga CF

Ganar por decreto (1-0)

  • El Málaga suma su cuarto triunfo consecutivo ante el Tenerife

  • La conexión entre Gustavo Blanco y Ontiveros da otros tres puntos

  • Los blanquiazules suman 12 de 12 en un arranque liguero sobresaliente

Blanco celebra su tanto al Tenerife.

Blanco celebra su tanto al Tenerife. / Marilú Báez

El Málaga de Juan Ramón López Muñiz es esto. No importaron las sensibles bajas que tenía el equipo, se vio eso mismo, un equipo sobre el césped que respondió a la exigencia del encuentro. El Tenerife siempre persiguió el balón y los blanquiazules dominaron. El grupo pelea y domina al rival y sabe llevar el tempo con el marcador a favor. La conexión entre Ontiveros y Gustavo Blanco volvió a surtir efecto. El Málaga, de tres en tres, 12 de 12.

Muñiz tiraba de la veteranía de Lacen, del conocimiento tinerfeño de Mula y de Kieszek para suplir las importantes bajas de N'Diaye, Pacheco y Munir. Además, unas molestias en el cuádriceps de Renato, dieron la titularidad a Ontiveros y la convocatoria de Héctor Hernández.

El balón echó a rodar por La Rosaleda, que brillaba de un verde intenso debido a la lluvia que había caído instantes antes de que arrancara el encuentro. No mermó en demasía al malaguismo, que presentó una buena entrada pese a las inclemencias del tiempo (15.408 espectadores). El Málaga, como ya acostumbra, saltó con ganas de dominar a su adversario. Lo primera mitad al completo fue un ejemplo de ello.

Ni dos minutos tardó Jack Harper en demostrar por qué es el hombre del momento. El escocés controló en las inmediaciones del área, gambeteó a un par de adversarios y disparó –con poco tino– para generar la primera acción de peligro malaguista. Ontiveros, titular de imprevisto, agarró con ganas la nueva oportunidad y tiró del carro. Su banda, la izquierda, fue la que generó peligro constante. Un par de centros con mucho veneno y uno de esos disparos potentes que se saca de la chistera en la frontal marcaron los primeros compases.

Fue en el minuto 35 cuando la asociación que forman Ontiveros y Gustavo Blanco volvió a dar sus frutos. El delantero argentino daba una clase rápida de cómo ir al espacio. El marbellí le vio y le puso el balón medido para que, ya dentro de la frontal, el 9 blanquiazul definiera ante Dani Hernández para hacer el 1-0. Como está siendo habitual, dio un pequeño paso atrás el Málaga tras adelantarse en el marcador, aunque no perdió la posesión.

La segunda parte no cambió para nada. El Málaga controló de cabo a rabo el encuentro salvo un par de sustos que logró generar el Tenerife. El primero nada más salir del vestuario. Suso desbordó por la derecha y colgó un balón entre la zaga y Kieszek que llegó a las botas de Naranjo en el segundo poste. Incomprensiblemente, el extremo la mandó fuera.

La Rosaleda clamó en varias acciones del segundo periodo sobre Vicandi Garrido. El colegiado no tuvo un encuentro muy acertado y fue objeto de pitos por parte de la hinchada blanquiazul. Juankar, Boulahroud e Hicham fueron esta vez los cambios que introdujo Muñiz sobre el césped. Tanto Ontiveros como Mula se marcharon con molestias. Lacen fue el otro hombre sustituido.

El Tenerife rozó el empate en los compases finales. Suso estrelló un balón en el poste y el balón salió repelido hacia el corazón del área, donde despejó Luis Hernández. El partido lo pudo matar Hicham pero Dani Hernández repelió la intentona del marroquí. El Málaga aguantó bien el apretón en el descuento de los tinerfeños –con una clara ocasión de Montañés– y suma así su cuarto triunfo consecutivo en los primeras cuatro jornadas. 12 de 12 para seguir soñando.

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