LaLiga va a flexibilizar su control económico sobre los clubes profesionales de Primera y Segunda División, tal y como se decidió por unanimidad en la Asamblea General telemática celebrada este jueves 28 de marzo y en la que el administrador judicial, José María Muñoz Jiménez, fue el representante de la entidad blanquiazul. Esto beneficiará a muchos equipos, entre los que está el Málaga, tal y como esperaba recientemente el director deportivo, Manolo Gaspar.

La situación para muchos clubes ya era compleja, tal y como avisaba no hace mucho el mismo Javier Tebas, presidente de la patronal. De hecho, indicaba que había algunos casos que le preocupaban más que el del Málaga. A todo esto hay que añadirle la compleja e incierta realidad que se deriva de la pandemia del COVID-19, cuyos efectos más severos se dejarán notar en los próximos dos años.

Además de valorar el calendario, la cita sirvió para aprobar de forma unánime el cambio en los estatutos para paliar los desajustes que la crisis del coronavirus va a provocar en los presupuestos del fútbol español. Apunta el diario As que habrá una regulación de varias disposiciones transitorias durante este final de temporada. Será una especie de paréntesis hasta 2022, calculando que estos dos primeros años serán los más complejos.

Los clubes perderán ingresos de abonos, taquillas, televisión, publicidad... Eso traería consigo problemas que LaLiga pretende evitar con estos ajustes del reglamento, que llevaría a múltiples sanciones si se producen impagos. Hay que recordar que el organismo había decidido que a partir de este verano no permitiría inscribirse a los conjuntos que superasen en un 30% el techo salarial. Cabe destacar, eso sí, que esta reacción a la situación provocada por el COVID-19 no libera al Málaga de sus pecados anteriores, que aún debe corregir.

Otra cuestión de calado es que la patronal de clubes que tengan una cierta tensión en tesorería puedan acceder a una especie de líneas de crédito o adelantos de futuros ingresos televisivos.