Málaga C.F.

Okazaki pone el morbo en el Huesca-Málaga

  • El japonés se mide al equipo que lo trajo a España hace unos meses y tuvo que renunciar a él

Okazaki, en la tienda del Málaga con sus camisetas.

Okazaki, en la tienda del Málaga con sus camisetas. / Javier Albiñana

Quién le iba a decir a los malaguistas que para ver a Shinji Okazaki en un partido oficial iban a tener que plantarse en Huesca. El delantero japonés aguarda la visita de sus ex compañeros en El Alcoraz, donde se verán las caras mañana a partir de las 20:00 horas. Su paso fue breve, pero verdaderamente intenso. Su presencia en el césped le da un toque morboso adicional a la cita. Su culebrón es uno de los mayores bochornos históricos del club de Martiricos.

Todo en el verano fue un tanto esperpéntico (y muchos aspectos continúa siéndolo). La dirección deportiva trajo al japonés porque se le puso a tiro. Un golpe de efecto a diversas escalas que sorprendió e ilusionó a la afición del Málaga y que causó asombro en el resto de clubes de la categoría. Sorprendía que un club con la situación económica tan compleja como el blanquiazul pudiese optar a un campeón de la Premier que además llegaba libre y en propiedad.

Al final, el último día de mercado sucedió lo inevitable. Okazaki, pese a que trató de hacer todo lo que estuvo en su mano para quedarse en Málaga, se tuvo que marchar. El Huesca fue el gran beneficiado del caos en la gestión del club de La Rosaleda.

Había caído de pie en el vestuario y en la ciudad Okazaki, que llegó a ofrecer a la entidad cobrar el salario mínimo, algo que los mecanismos de control de LaLiga no permiten. Después de llegar como primer y estelar fichaje, de hacer la pretemporada con el Málaga, de llegar incluso a viajar con la esperanza de ser inscrito, tuvo que salir.

“Hola malaguistas, en primer lugar quiero agradeceros el inmenso cariño que me habéis dado durante mi estancia. Quiero despedirme y desearos el mayor de los éxitos a mis compañeros, al cuerpo técnico y staff que me habéis hecho sentir como en casa. No me arrepiento de nada, ya que el tiempo que he pasado con vosotros no lo olvidaré nunca”, se despidió Okazaki con una promesa abierta: “Si algún día tengo la oportunidad de jugar en el Málaga CF no lo dudaré. Fuerza Málaga”. Al internacional japonés le habían compuesto hasta una rumba personalizada obra de un aficionado del Málaga que tuvo la ocasión de conocer en persona.

Pero el fútbol no espera y ahora Okazaki es la gran figura de un Huesca que espera recuperar la categoría perdida esta misma temporada. Hasta la fecha lleva un tanto, pero de una bellísima factura. Fue ante el Girona y los seguidores oscenses le designaron como MVP de dicho enfrentamiento. Ahora le toca hacer de anfitrión de sus breves ex compañeros.

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