El gol en propia de la Ponferradina supuso tres puntos vitales para quien sabe si resucitar al Málaga CF de un coma que parecía no tener fin. Los blanquiazules llegaban a dos finales que serían decisivas para afrontar el final de, todavía, la primera vuelta: Zaragoza y Ponferradina. El conjunto de Pepe Mel cumplió, se puso el mono de trabajo y volvió a sufrir para ir sobreponiéndose a todos los contratiempos que se presentaron en ambos encuentros. Por fin la suerte sonrió en cierta medida a los malacitanos, quienes sacaron un punto en La Romareda tras la expulsión de Javi Jiménez y ahora suman una victoria en casa, algo que no es muy habitual, con la ayuda del VAR y un gol en propia. Pero siendo sinceros ahora todo vale por tal de puntuar, aunque sea poco a poco como las hormiguitas.

Además, la otra parte positiva es que el conjunto de Martiricos sumó tres puntos mientras que sus acompañantes en la zona roja de la clasificación no consiguieron la victoria, por lo tanto no toman ventaja. El Lugo empató en su casa ante el Levante, precisamente próximo rival de los blanquiazules, y se queda a tiro de uno y el Mirandés está a dos puntos tras caer derrotado ante el Oviedo a domicilio. La Ponferradina sigue marcando la salvación a tres puntos. Queda mucho camino todavía por delante, 25 jornadas y 75 puntos. Además, desde la jornada 13 ocupaba el Málaga la última posición de la clasificación, ahora al menos de forma momentánea la ha abandonado.

Todavía es pronto para ilusionarse pero comienza a verse la luz al final del tunel, eso sí toca seguir trabajando para sumar puntos. Es la única forma de evitar volver a vivir la sensación de descolgarse y caer al precipicio. El conjunto de Pepe Mel superó su primer match ball pero ahora le llegan dos citas de nivel. La visita al Ciutat de Valencia y recibir al Granada, dos conjuntos de la zona de arriba. Ahí será el momento de ver si de verdad el trabajo del técnico madrileño está comenzando a dar sus frutos.