Bajo el nombre de Hueso diminuto, el artista José Luis Puche, ofrece en el Centro Unicaja de Cultura (CUC) de Antequera una muestra inédita que tiene al dibujo y a los globos como grandes protagonistas. Además, también se basa en otro aspecto "muy picassiano", que entiende que "el vacío es algo muy corpóreo", siendo este concepto uno de los grandes protagonistas en la muestra que se expone en la sala antequerana tras la inauguración que se celebrará hoy.

Los globos son los grandes protagonistas de la obra que Puche ha creado especialmente para este muestra, siendo un objeto que durante mucho tiempo le atrajo como fruto del interés que despertaban en los niños, lo que hizo que durante varios años hiciera fotos sin ellos sin saber muy bien el motivo, y que ahora han quedado plasmados en esta obra que juega con ese vacío que también forma parte de los globos.

Además, el otro gran protagonista de la muestra, que podrá verse en Antequera hasta el próximo 11 de enero, es el plástico, elemento muy ligado a los globos, y cuya presencia el artista justifica por su actual lugar de residencia, Almería, una zona rodeada por los plásticos de los invernaderos y que reconoce que ha terminado por influenciarle en estos momentos en su trabajo. De hecho, en una de las obras se representa lo que sería el tejado de un invernadero. Todo ello se ofrece unido al retrato, presente en varias obras, y que tienen sus raíces hundidas en la retratística romana o propia del Renacimiento.

De igual modo, destaca la presencia destacada del dibujo, un elemento fundamental que nace de un conocimiento previo "teniendo una obra partiendo del dibujo", afirma Puche. Un aspecto que se puede apreciar en las obras realizadas sobre papel y que también dejan el efecto caprichoso sobre el papel de la acuarela como parte de estas particulares creaciones.

No obstante, la obra estrella de la muestra es una instalación escultórica que se encuentra situada en la segunda planta del centro, que sorprende al visitante tanto por su forma, como por su diseño y su colorido. Creada a base bolsas de té pigmentadas, esta escultura, milimétricamente diseñada, no deja a nadie indiferente, ofreciendo una imagen que quizás se haya podido vivir en algún momento de la vida real, aunque a mucha menos escala. De hecho, parte de la inspiración de esta obra surge de una vivencia real del creador, que tuvo la oportunidad de ver cómo unos obreros pegaban en el techo de una casa del centro de Málaga bolsas de té tras ingerir las infusiones.

Los colores de las bolsas, las escalas de grises de sus hiles colgando del techo y los colores de las puntas cuadradas, hacen que se pueden observar e imaginar un sinfín de imágenes que van tomando distintas composiciones en función de la luz y la posición desde la que observemos la escultura.

La creación especial para la sala hace que nada quede sin sentido, incluyendo los diminutos dibujos y las formas que crea la luz en el suelo al penetrar por la composición que cubre la puerta de entrada. Estos Huesos diminutos, en suma, constituyen un festín para los sentidos.