Cultura

Sorrentino pone a prueba su primera aventura en inglés

  • 'Un lugar para quedarse' recuerda el fracaso en este idioma de otros directores

El estreno de Un lugar donde quedarse, la primera aventura en inglés de Paolo Sorrentino, recuerda el descenso cualitativo que directores como Ingmar Bergman, o Fernando Trueba sufrieron al traducir su genio al inglés. El italiano reconocido internacionalmente por Il Divo parecía dar un salto seguro hacia el mercado angloparlante con Un lugar donde quedarse, avalado por Sean Penn y Frances McDormand. En cambio, en el estreno de la película en Cannes recibió críticas tibias que, en el mejor de los casos, resaltaban la ruptura entre el cine anterior de Sorrentino, marcado por el ingenio y la densidad temática, y su última película, que se estrena el próximo fin de semana en España.

El director checo Milos Forman reconoció en una ocasión que, en ese lost in translation, recordando a Sofia Coppola, que le había supuesto trasladarse de su país a Hollywood, había perdido la capacidad de crear humor, aunque la solemnidad engrandeció su cine en Alguien voló sobre el nido del cuco o Amadeus. Y, aunque existen ejemplos como Ang Lee, Roman Polanski o Lasse Halstrom que han encajado a la perfección en los patrones del mejor cine anglosajón, muchos otros erraron en su salto al cine en la lengua de Shakespeare. El ejemplo más reciente y más escandaloso es el del alemán Florian Henckel von Donnersmarck, que tras encandilar al mundo (Oscar incluido) con La vida de los otros, dio un giro hacia el descalabro, de la mano de Angelina Jolie y Johnny Depp, en The tourist.

Ingmar Bergman no supo traducir con la misma naturalidad la pulsión trágica de Persona o Gritos y susurros al rodar en inglés La carcoma, uno de los títulos más denostados del realizador sueco. Luis Buñuel se pasó al inglés en La joven y una versión sui generis de Robinson Crusoe, dos cintas que no figuran entre las más recordadas del director. Finalmente, en España, el caso más llamativo fue el de Fernando Trueba quien, jaleado por el Oscar por Belle époque, rodó en Estados Unidos Two Much, más famosa por haber unido a Antonio Banderas y Melanie Griffith que por su éxito de crítica y público.

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