Cultura

Turquía elimina 453 libros y 645 publicaciones de su "lista negra"

  • Se libran de la censura obras como 'El manifiesto comunista' y la sátira 'Azizname'

Turquía ha comenzado el año eliminando una lista de libros prohibidos, pero este paso, sobre todo simbólico, no ha cambiado la mentalidad censora de las autoridades, según opinan diversos literatos y editores del país.

La Fiscalía del Estado turco anunciaba en diciembre pasado que se proponía excluir de la censura un total 453 libros y 645 publicaciones periódicas o folletos cuya difusión se había prohibido en décadas pasadas. Al no ser recurrida, la decisión entró en vigor este mismo mes, pero a juicio de escritores y editores, el paso no ha significado ningún cambio, ya que muchas de estas obras se vendían desde hace décadas sin que el público supiera que estuviesen prohibidas.

Entre los libros ahora oficialmente "autorizados" se encuentran hitos como las obras completas del poeta nacional Nazim Hikmet o la sátira Azizname del muy popular escritor Aziz Nesin, además de textos clásicos en la historia del pensamiento político, como El manifiesto comunista.

Sin embargo, Meltem Gürle, profesor de Literatura en la Universidad Bogazici de Estambul, cree que "aunque desaparezcan las listas de libros prohibidos, la mentalidad censora sigue trabajando a pleno rendimiento".

Y es que las autoridades turcas continúan censurando libros que no son de su agrado, explica Bilge Sanci, directora ejecutiva de la editorial Sel, arrastrada a los tribunales por la serie Libros sexuales, en la que figuran autores como Guillaume Apollinaire por Las hazañas de un joven don Juan, o textos clásicos como el Kamasutra, el libro indio del erotismo.

La novela La máquina blanda de William Burroughs ha estado dando vueltas por los tribunales turcos durante año y medio, mientras que un título tan explícito como Coños, del español Juan Manuel de Prada, ha sido considerado como "obra literaria" por la Comisión gubernamental, al igual que otras dos obras del mismo Burroughs, probablemente porque los casos anteriores habían causado ya una "enorme polémica", estima Sanci.

"Esta tragicomedia continuará mientras no se den unas reformas profundas que cambien la mentalidad del Estado, que trata a los ciudadanos como a niños que deben ser protegidos y educados según códigos morales nacionales", advierte la editora.

Un ejemplo reciente llegó este mes, cuando el Ministerio turco de Educación intentó eliminar de los colegios dos clásicos de la literatura: De ratones y hombres, de John Steinbeck, y Mi planta de naranja lima, un clásico juvenil del brasileño José Mauro de Vasconcelos. Las razones de ambas prohibiciones fueron, en el primer caso, una conversación que tiene lugar en un burdel, y en el segundo, que un niño recitara una canción sobre una mujer desnuda. Curiosamente, ambas obras se hallan en la lista de los cien textos fundamentales del propio Ministerio.

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