Cultura

Sin noticias de Escénica

  • Del contenido teatral para Málaga de la Escuela Pública de Formación Cultural de Andalucía, ya en marcha en otras provincias, nada se sabe aún

La historia en Málaga de los cursos de Escénica, integrados en las actividades de la Escuela Pública de Formación Cultural de Andalucía que gestiona la Consejería del ramo, es un relato venido a menos a lo largo de sus diez años de historia. Desde los talleres que dirigieron algunos de los primeros referentes del teatro español contemporáneo ha llovido ya bastante, y a día de hoy el proyecto ni siquiera dispone de una sede en Málaga donde asentarse. La Escuela ya ha anunciado y puesto en marcha sus cursos de formación escénica para el presente curso en Sevilla y Granada (donde sí disponen de centros estables) así como en Córdoba y Huelva. Pero nada se sabe aún, a estas alturas, de lo que va a suceder en Málaga en los próximos meses. El asunto no es precisamente menor: Escénica ha contado habitualmente con una amplia aceptación entre la profesión teatral en Málaga, tanto entre quienes ejercen de docentes como entre quienes se inscriben como alumnos. Que la Consejería de Cultura no parezca tener claro el futuro de Escénica en Málaga podría traducirse, después de otras medidas como la consagración de la programación del Teatro Cánovas a espectáculos infantiles (lo que ha generado como consecuencia directa que no pocas compañías hayan eliminado a Málaga de sus circuitos y planes de gira), como un nuevo caso de feo agravio comparativo respecto a otras provincias andaluzas.

En sus inicios, Escénica estuvo vinculada al mismo Teatro Cánovas, en cuyo escenario desarrollaba sus cursos (y donde se han seguido celebrando las muestras finales con representaciones a cargo de los alumnos, al igual que en otros escenarios como Microteatro Málaga). Después de algunos vaivenes, durante los dos últimos años los talleres se han celebrado en un local del polígono Fuente Olletas con actores, directores, bailarines y demás profesionales de Málaga como docentes. Pero el alquiler del espacio vence el próximo diciembre y ni los organizadores ni los profesores han tenido hasta ahora noticias de que la Consejería tenga intención de renovar el alquiler. El pasado junio, diversos artistas malagueños (el actor y director Miguel Zurita; la actriz, cantante y directora Virginia Nölting; el director y dramaturgo Sergio Rubio; el cineasta Enrique García; el director, coreógrafo y dramaturgo Alberto Cortés; y la bailarina y coreógrafa Vanessa López, todos con experiencia en Escénica), presentaron, según informaron fuentes cercanas, un proyecto integral con cursos sobre dirección, imagen, interpretación, dramaturgia, coreografía y movimiento. La iniciativa fue presentada a la Consejería pero hasta el momento no se ha emitido respuesta alguna.

Este periódico intentó contactar ayer con el secretario general de Cultura de la Junta de Andalucía, Eduardo Tamarit, sin éxito. La Escuela Pública de Formación Cultural de Andalucía se limitó a apuntar hace unos días a través de unas redes sociales que la programación de Escénica en Málaga se encuentra pendiente de la resolución de algunos "inconvenientes técnicos", tras cuya superación se presentaría el contenido de los cursos. Pero que entrado octubre no haya aún noticias no invita al optimismo, más aún cuando ni siquiera hay garantizada una sede para los talleres. Otras fuentes apuntaron que la Consejería ha barajado la posibilidad de devolver las actividades de Escénica al Teatro Cánovas, pero con una programación infantil distribuida durante la semana en horarios de mañana (con representaciones para escolares) y tarde esta solución parece improbable. Entre algunos de los docentes se ha apuntado la idea de emplear algunas salas y locales de compañías malagueñas, como la de La Imprudente cerca del Teatro Cánovas o La Caverna de la calle Amores; pero tampoco la propuesta ha ido mucho más allá. Con lastres como éste, el sector de las artes escénicas en Málaga acusa más dificultades para su articulación, promoción y desarrollo industrial. Y el silencio de la Consejería empieza a pesar demasiado en un ámbito necesitado como pocos.

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