Rocío Bazán. Cantaora

"Los programadores de música clásica deberían prestar más atención al flamenco"

  • La artista interpreta este fin de semana 'El amor brujo' de Falla en el Cervantes junto a la OFM y el 21 de noviembre presenta en el Echegaray su espectáculo 'Desde el alma hasta la boca'.

Pocos flamencos han procurado tantas alegrías desde Málaga al género como Rocío Bazán (Estepona, 1977), cantaora que ha sabido desconfiar de los atajos y que, en consecuencia, disfruta de una proyección nacional e internacional cada vez más firme. Mañana viernes y el sábado, Bazán ejercerá de voz invitada para la temporada de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga con El amor brujo de Falla, una obra que este mismo año ha interpretado en Nueva York junto al Washington post Classical Ensemble con la dirección de Ángel Gil-Ordóñez y en Suiza, junto a la Kremerata Baltica y con la dirección de Jörg Bierhance. En el Teatro Cervantes será Carlos Domínguez Nieto quien suba a la tarima en calidad de director invitado, y cuando se le recuerda a Bazán que el titular, Manuel Hernández Silva, es un enamorado de flamenco, la cantaora se apresura a señalar que "eso es toda una excepción". Y se explica: "Parece sorprendente, pero en ciertos sectores de la música clásica hay un rechazo manifiesto a que la partitura de El amor brujo sea interpretada por una cantaora. Seguramente es una cuestión de prejuicios, pero también de desconocimiento. A lo mejor estos músicos y directores no saben que Falla organizó junto a Lorca el Concurso de Cante Jondo de Granada en 1922. Y lo cierto es que Falla escribió la obra imprimiendo en ella la tesitura y el calor exacto de una voz flamenca. Así que seguro que debe alegrarse allá donde esté de que sea una cantaora la que interprete esta pieza".

Resulta propio pensar, entonces, que la superación de esta situación sería más sencilla si se ampliara el repertorio sinfónico escrito para voces flamencas. Precisamente, muchos guitarristas del género han ganado el respeto de la crítica y el público componiendo obras para orquesta con la guitarra como instrumento solista (otro esteponero, Daniel Casares, es uno de los ejemplos recientes más felices), pero el recurso del cante aún permanece limitado en este sentido. Y Rocío Bazán matiza: "No creo que el repertorio sinfónico para la voz flamenca sea tan limitado. En el año 2007, con motivo de la segunda edición de la Bienal Málaga en Flamenco, estrenamos una adaptación de los Cantos españoles de Eduardo Ocón con Enrique Bazaga al piano, y fue un verdadero éxito, tanto de crítica como de público. Mi opinión es que no faltan creaciones, sino ganas de programar estas aportaciones. Por eso, creo que los programadores del ámbito de la música clásica deberían prestar más atención a lo que el flamenco es capaz de ofrecer a este lenguaje. Falta una mayor sensibilidad. Es verdad que Cañizares grabó una adaptación de El amor brujo para guitarra y que habrá quien considere más natural llevar esto a un teatro, pero no es así. Pienso que está todo demasiado acotado, que todavía hay demasiada gente distinguiendo entre música culta y música popular, cuando después la creación musical es algo mucho más sencillo. Así que es una buena noticia que Manuel Hernández Silva sea aficionado al flamenco, porque así podemos esperar avances importantes en esta materia".

Más allá de El amor brujo, Rocío Bazán presentará el próximo 21 de noviembre en el Teatro Echegaray su primer espectáculo como cantaora solista, Desde el alma hasta la boca, un trabajo creado y dirigido por ella misma que ya ha podido verse en la Suma Flamenca de Madrid y en los Jueves Flamencos de Sevilla, en ambos casos con el beneplácito del público. El proyecto ha servido a una cantaora de la trayectoria de Rocío Bazán para reinventarse en plenitud: "Mi figura como cantaora tradicional ya era conocida, pero quería expresar mi propio sentimiento flamenco a través de la poesía. Y eso es lo que hacemos. El público sale con la impresión de que ha asistido a un recital de cante y baile, pero también con la certeza de que ha descubierto algo más, y eso me interesaba especialmente. En Desde el alma hasta la boca la poesía de Manuel Altolaguirre, Miguel Hernández, Lorca, Alberti y Carmen Aguirre tiene un papel protagonista, y siempre había querido hacer algo así". Para la producción de este espectáculo, Bazán ha puesto en juego toda la sabiduría adquirida de la mano de maestros "como Mario Maya, de quien aprendí muchísimo. Ahora también participo en la Gala flamenca, con Antonio Canales, que llevaremos pronto a Londres y Hong Kong. Y en El arte por delante, otro espectáculo en el que participa La Lupi, que hemos representado este verano en los Jardines de Sabatini en Madrid y que también va a tener continuidad. Todos estos proyectos me dan nutrientes para forjar mi carrera como cantaora solista, y ya tenía ganas de decir las cosas como yo quería decirlas". Tanto es así, que el año que viene debutará también como cantante solista en el mercado discográfico con el lanzamiento de su primer álbum, una iniciativa en la que ya trabaja con tiento para dar constancia de su oficio. Mientras tanto, Desde el alma hasta la boca tiene ya funciones cerradas hasta fin de año en Cataluña, País Vasco, Asturias y otras comunidades españolas, "y espero que en breve podamos confirmar más fechas". Lo de Rocío Bazán ya no es una revelación, sino la confirmación correspondiente a años de esfuerzo, estudio y genio.

Preguntada por el panorama actual flamenco malagueño, la cantaora se excusa por no andar demasiado pendiente del mismo al tener que prestar atención bastante más allá en virtud de su carrera, pero apunta: "Creo que antes había más posibilidades de escuchar flamenco, al menos en la capital. Ahora parece que está todo muy parado. Pero convendría que Málaga se sintiera orgullosa de todo lo que ha aportado al flamenco y valorara más a sus artistas". Ahora, toca disfrutar su voz.

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