Cultura

La reducción de plantilla de la OFM enfrenta a los músicos con el consorcio

  • La gerencia responde a las movilizaciones y asegura que sólo se rebajarán las maderas de cuatro a tres líneas dejando sin cubrir plazas vacantes por jubilación

Quienes han acudido a los últimos conciertos de la Orquesta Filarmónica de Málaga en el Teatro Cervantes habrán comprobado que la velada comenzaba con un minuto de retraso (la puntualidad de la OFM suele ser de exigencia germánica), motivado por los músicos, a modo de protesta. Y algunos abonados y aficionados habrán recibido a la entrada un comunicado escrito en los siguientes términos: "Recientemente hemos sabido que el consejo de administración, a propuesta de la gerencia y sin contar con los trabajadores, aprobó en mayo de 2013 disminuir el número de músicos para dejar una plantilla productiva más acorde al nivel productivo que ofrece la orquesta. Una decisión, a nuestro entender, cómoda y gravemente desalentadora. ¿No debería ser el objetivo aumentar la productividad y llegar mucho más al público?" El mismo mensaje, firmado por "los músicos de la OFM", lamenta que la Filarmónica no desarrolle un nivel de actividad similar al de otras orquestas españolas ("Sevilla, Valladolid, Oviedo, La Coruña y otras"). Una versión reducida de esta reivindicación circula por internet con el objetivo de recabar 2.500 firmas para evitar la reducción de la plantilla, y entre los firmantes aparece Jesús López Cobos, antiguo director musical del Teatro Real y músico muy vinculado a Málaga, quien deja además un comentario: "Málaga perderá con esta iniciativa una parte importante de su identidad cultural". Recientemente, el presidente del comité de empresa de CCOO en la OFM, Albert Reig, afirmó a través del boletín que el sindicato publica en Málaga que el "recorte" implica "la amortización de un número de plazas que se sumarían a las que ya han sido desdotadas con anterioridad, pretendiendo dejar lo que en un principio era una plantilla de 90 músicos en 75, además de reducir también el personal técnico". Reig añade que "no se contempla ningún cese ni despido y que el motivo no es otro que adecuar el número de trabajadores a la productividad que ofrece la empresa"; asimismo, en las reivindicaciones y medidas aplicadas en los conciertos los músicos han podido comprobar "que el público está de nuestro lado". Por último, el portavoz sindical apuntaba: "Pensamos que Málaga y Andalucía merecen proyectos culturales de calidad, y que, a pesar de no contar todavía con un Auditorio, la Filarmónica debería tener mejor consideración como abanderada cultural y un futuro bastante más ambicioso que estamos seguros se puede conseguir defendiendo la música y la cultura".

Este periódico se puso ayer en contacto con el gerente de la OFM, Juan Carlos Ramírez, quien explica, de entrada, que las medidas aplicadas fueron aprobadas por el consorcio (integrado por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía) en 2013 con el acuerdo del comité de empresa, "así que los músicos lo han sabido desde entonces". Ramírez señala que el objetivo es reducir la sección de viento madera, así como las trompetas, de cuatro líneas ("tal y como han estado desde el principio, con una doble plantilla de solistas") a tres, un modelo de formación "que comparten muchas orquestas en España, como las de RTVE, Tenerife, Castilla y León, La Coruña y Baleares, y que permite la interpretación de prácticamente todo el repertorio universal. Otras orquestas, como la de Granada, tienen las maderas a dos, lo que obliga a la contratación eventual de músicos para la interpretación de determinadas obras". El gerente confirma que el consorcio aceptó formalizar esta reducción dejando sin cubrir algunas plazas que quedarían vacantes a cuenta de jubilaciones previstas: así fue hace ya dos años con uno de los fagots y así sucederá después del verano con otras dos plazas, una de oboe y otra de flauta, con lo que las maderas quedarán finalmente en tres líneas. Ramírez afirmó que la medida cuenta con el beneplácito tanto del consorcio como del director artístico, Manuel Hernández Silva, y que una vez ajustados los vientos no habrá más reducciones.

Pero Ramírez insiste en que el mantenimiento de las maderas a cuatro se traduce en situaciones "insostenibles". Por ejemplo, que para un mismo instrumento "toquen unos músicos en la primera parte de un programa y otros durante la segunda, sólo para justificar su presencia en la orquesta". Afirma el gerente que en el programa de la temporada de abono de la OFM "no hay una sola obra que requiera un cuarto fagot, mientras que hay que irse a una pieza que dura 60 minutos para justificar la actuación de una cuarta flauta. Eso significa que para conservar las maderas a cuatro tendríamos que mantener en plantilla a músicos que trabajarían 37 minutos al año y que ganarían por ello 50.000 euros. Tratándose de empleados públicos y de dinero también público, derivado de los impuestos, estamos obligados a conseguir una gran orquesta que a la vez sea eficiente con los recursos de que disponemos". En todo caso, añade, "la reducción de las maderas a tres exige una menor rotación de los músicos, es decir, más horas de trabajo. Y espero, sinceramente, que no sea éste el problema".

Con más abonados a bordo, la OFM sigue su curso. Y tal vez a Málaga le corresponde merecerla.

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