Coherencias

La estructura viaria de Málaga está condicionada por una orografía que penaliza sus comunicaciones

Para Shameless, la falta de reflexión sobre sus promesas empieza a ser un rasgo característico de los políticos en campaña. Lo que es preocupante desde el momento en que ya son más largas que una línea de metro. El ejemplo sumo.

El nuevo gobierno andaluz no necesitó tomar posesión para prometer que la línea al Civil sería un metro de verdad, de los que van por debajo de tierra, y desdecirse horas después, tras preguntar el precio del billete. Lo que le ha llevado a reflexionar y concluir que la prioridad es prolongarlo al PTA. Aunque todos los estudios indiquen desde hace años que no es un sistema efectivo, que cualquier licitación demandará al menos cuatro años de estudios informativos y proyectos, y todo cambio de rumbo exigirá una negociación con las empresas concesionaras, a la espera de la nueva administración al final del trayecto. Es decir, que todos los ingenieros implicados en el asunto hasta la fecha eran unos zoquetes o que los anteriores responsables, unos merluzos empeñados en gastarse el dinero donde no tocaba, o ambas cosas a la vez. Puede ser. Como puede que ya no hagan falta 33 minutos para llegar a El Perchel desde el PTA, hayan encontrado la fórmula de superar la capacidad de 1.224 usuarios hora y no se suba nadie que no vaya al Parque Tecnológico.

La estructura viaria de Málaga está condicionada por una orografía que penaliza mucho sus comunicaciones internas. Pero también por una planificación territorial con una gestión posterior que tampoco han ayudado mucho. A lo que había que unir hasta hace bien poco una devoción cuasi sacra por el vehículo privado. En cierto modo, el PTA es un buen ejemplo cuando, tras planificarse con accesos para poco más de 6.000 usuarios y sin un servicio de transporte publico eficiente, aspira a albergar hasta 50.000 trabajadores sin resolver antes sus problemas de accesibilidad. De momento hemos quedado en pensárnoslo. Lo que llevará al menos cuatro años. Que no son muchos si tenemos en cuenta los plazos con los que se construye la ciudad y el caos que puede generar el desarrollo del valle del Guadalhorce sin unas comunicaciones adecuadas. Puede que más, si se llega a la conclusión de que la solución es un cercanías, competencia del gobierno central y nuevo objeto de conflicto tras desaparecer la Junta. A fin de cuentas, Shameless también reconoce que lo que más valora un ciudadano en un político es su coherencia.

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