Colores

La política de pactos anunciada es la continua negación de los colores del adversario

Si Juan viviese, podría explicarme el problema cromático que desgarra al país sin que parezca que vaya a solucionarse en breve. Y es que, tras descubrir que a las próximas generales concurren todo tipo de artistas bajo los más diversos colores, la mayor expectación radica en conocer cuáles compondrán el lienzo la próxima semana. Juanito, que llegó a exponer en Miami, sabía que al ligar el rojo con un poco de morado sale un morado más o menos claro. Te puede gustar o no, pero tampoco es para abominar de él ya que a nadie le ha dejado ciego. En cualquier caso, sospecho que prefería ponerle naranja al rojo, y que, dependiendo de su estado de ánimo, cargaba más un pigmento u otro para lograr naranjas rojizos o rojos anaranjados. Por el contrario, él, que nunca se separaba de su carta de colores Pantone que le servía de astrolabio en océano de la política, siempre fue reacio a ligar naranjas y azules. Salvo que se le hubiesen acabado los marrones. Pero de estos, un día me confesó que estaba tan bien servido como le aterraba que al final se mezclasen con los verdes.

-Antoñito, no te engañes, la mezcla de los tres colores es un gris oscuro tirando a negro. En el peor de los casos, da pinceladas de verde sobre el marrón inicial. No mejora, pero resulta exótico. Casi como una dehesa otoñal en la que pintar jinetes pálidos sobre briosos corceles.

A horas de un debate electoral cuyo desarrollo no creo que cambie esta reflexión, el lienzo se presenta sombrío. Lejos del arcoíris multicolor que debía traer un pluripartidismo proclive al consenso. La política de pactos anunciada es la continua negación de los colores del adversario. Lo que podría entenderse en aras de la lucha por los últimos votos, si no fuera por el tono del argumentario. El 29, un puñado de artistas se levantarán con la obligación de dibujar un panorama mejor para el país que quieren gobernar. Y eso no es posible si se rechaza cualquier color que no sea el tuyo. Juanito murió intentado hacer una estancia investigadora sobre la "Adecuación de los colores de los partidos políticos a sus posibles alianzas postelectorales". Nunca se la autorizaron porque no estaba acreditado como investigador, asunto que le negaron por no tener estancias investigadoras. En la intimidad me reconocía que al menos habían sido educados en sus negativas. Motivo por el cual, a pesar de su frustración crónica, nunca dejo de sentirse español.

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