Hace ya 13 años que un pacto entre Falange Auténtica e Izquierda Unidad arrebató el ayuntamiento de Ardales al PSOE. En opinión del representante falangista, Pendón había realizado una "buena labor", pero 20 años de gobierno socialista son muchos, en contra de lo que canta el tango, y había que apearlo del poder como fuera. Además, a la salida del pleno, los líderes de ambas formaciones coincidieron en destacar las notables coincidencias de sus programas electorales. Una grata noticia sobre la que solo hubo que lamentar que no se produjera 70 años antes, ahorrándonos una guerra civil y algún que otro muerto.

El 4 de mayo habrá elecciones en Madrid. Lo que no será un acto de irresponsabilidad porque son en Madrid, donde todos sabemos que las cosas funcionan al revés que en el resto de España. Da igual que la comunidad se mantenga en cabeza de la pandemia, solo por detrás de Ceuta y Melilla, como gesto de responsabilidad, los niños no irán al Colegio, y si lo hacen, será acompañando a sus padres cuando vayan a votar después de resolver dónde los dejaban mientras iban a trabajar. Iglesias, que se aburría sin poder presentarse a unas elecciones hasta dentro de unos años, le ha tirado los tejos a Más Madrid con la misma moral que un veinteañero después de ponerse Axe antes de salir un viernes, mientras que Gabilondo ha manifestado sus preferencias por los de Errejón y Ciudadanos antes que por Podemos. Como profesor universitario sabe muy bien que, si llega a gobernar, no necesita que la oposición la haga su propio Gobierno. Mientras todo esto ocurre, Ayuso ya ha manifestado que se trata de elegir entre "libertad y comunismo", que es una opción aún peor que la de dos días antes, "libertad o socialismo", o los pasados dos años: "libertad o naranjas". Aunque nadie tenga claro dónde empieza para ella el comunismo y sospechemos que el máximo exponente de la libertad es tomarse a relaxing cup de café con leche in Plaza Mayor. Si triunfara Iglesias, a los madrileños les podrán expropiar las casas que la Comunidad vendió a los fondos buitres y estos les obligaron a comprar o abandonar. Dos mudanzas en menos de diez años no se las desea a nadie. Así que, todo antes que los rojos. Incluso pactar con Ciudadanos una vez puestos en su sitio. O con Vox, con quien no se pacta, aunque se pacte. La resaca electoral pondrá de manifiesto las múltiples coincidencias de los programas políticos.

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