Las Las elecciones del 23J no solo van, me temo, de optar por un partido u otro, sino entre dos visiones antagónicas de España. Un dilema más metafísico que político. También la derecha europea, que se debate entre pactar o rechazar los pactos con la extrema derecha, esperan expectantes los resultados. El grupo PPE es el más antiguo y numeroso del Parlamento Europeo, tiene sus raíces en los Padres Fundadores -Robert Schuman, De Gasperi, Adenauer- que, como Grupo Demócrata-Cristiano, trabajaron por una Europa unida, tras las grandes guerras del siglo XX que destruyeron físicamente y moralmente el continente. Aquellos valores que, junto a los socialdemócratas, sirvieron de fundamento para la creación de lo que hoy es la UE -el sueño ilustrado de una Europa unida y en paz- pueden estar en peligro por los pactos con una extrema derecha cuyas raíces son Petain, Mussolini, Franco o el nazismo. Nuestro voto el 23J también va de optar entre unos y otros.

Los pactos del PP y Vox clarifican las cosas. La derecha política y mediática repite sin desmayo sus mantras antisanchistas. Pero también hay que hablar del significado de sus pactos. Afirman que, a diferencia de los socios del gobierno, Vox se sitúa dentro de la Constitución. Pero en realidad todo su ideario es opuesto a los principios y valores que la inspiraron: las constituciones son necesariamente incluyentes, como marco de convivencia entre quienes tenemos distintas ideas y creencias, incluyendo a los que en el libre ejercicio de sus derechos constitucionales se oponen a ella. Protege la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, sin tener en cuenta sus creencias, sexo, raza u orientación sexual. Lo opuesto al discurso nacional católico, tradicionalista y machista de Vox. Sus socios europeos son también ultranacionalistas, contrarios a la UE, xenófobos e integristas católicos que han hecho de la islamofobia una seña de identidad. Tras significantes vacíos como revocar el sanchismo, lo que de verdad pretenden revocar son los avances y logros en derechos e igualdades que son, asumidos por la mayoría, la consecuencia de la modernización y de la evolución social y moral de nuestra sociedad. Como herederos del franquismo pretenden el regreso al oscurantismo tradicionalista y nacionalcatólico de la dictadura. Su ultranacionalismo españolista es tan excluyente y divisivo como el de los nacionalistas periféricos e independentistas.

De eso van estas elecciones, de optar.

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