La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Pelucas

Lo de la pareja de Díaz Ayuso recuerda a la fuga de Ruiz Mateos. Menos mal, habrán pensado, que está Javier Milei

L A semana va de pelucas. Nacionales y de importación, descaradas y furtivas, estrategas y patosas, exitosas y fiascos… Pero tienen en común la resonancia política en vísperas de las elecciones del 9-J y un serio perjuicio para el PP.

El sainete protagonizado este lunes en los juzgados de Madrid por el Alberto González Amador, pareja de Díaz Ayuso, recordó a la huida de José María Ruiz Mateos de la Audiencia Nacional en 1988. Con una gabardina, bigotes y pelo postizo, el fallecido presidente de Rumasa llevó a cabo una de las fugas más sonadas de este país justo antes de ser trasladado a Alcalá Meco. Por edad calculo que el empresario vinculado sentimentalmente con la presidenta madrileña era un crío cuando el país vivió aquellos acontecimientos de la expropiación del emporio por parte del Gobierno socialista. En aquel momento, para mucha gente todo eso fue una injusticia bolivariana y Ruiz Mateos una víctima cuyas excentricidades gustaban y enardecían. Puede que González Amador y sus asesores hayan pretendido hacerle un homenaje o seguir aquella estela tan rentable del victimismo. No parece que les haya salido muy bien, porque el ridículo ha prevalecido. Menos mal –habrán pensado– que está Javier Milei para camuflarlo. Este sí que podría haber bebido bien de aquella fuente de Ruiz Mateos y salir bien parado.

Como todo argentino popular, es conocido por su apodo, relativo al presunto postizo capilar. Todo nos lleva a lo mismo. Pero en este caso el desparpajo, la falta de complejos y la verborrea populista parecen seguir una marcada estrategia ganadora, tanto para el líder americano, que camufla así sus problemas domésticos, como para el presidente español, Pedro Sánchez, cuya reacción mantiene una altura táctica equivalente y hasta superior.

La confrontación directa del PSOE con la extrema derecha –aunque sea la argentina, avalada por su equivalente nacional y europeo– vuelve a colocar al PP en el mismo punto que hace casi un año, con el paso cambiado ante un adelanto electoral en plena negociación de sus pactos con Vox. Ahora, como entonces, la reacción del partido de Feijóo ha sido la que Sánchez podría haber marcado en su plan. Al ponerse de perfil vuelve a aparecer alineado con la derecha más escorada a los ojos del votante moderado, que si tiene que elegir entre el PSOE y cualquier cosa que huela a Melei, aunque no comulgue con el sanchismo, es fácil imaginar el color de su papeleta el 9 de junio. Sánchez y Milei, un win-win en toda regla.

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