Propuestas y gitanos

Reconozco que el hotel del puerto me recuerda a esa ánfora de hierro que me regalaron por mi boda

Para la extrema derecha, hablar limpieza, alumbrado o el estado de las aceras es hablar de temas que "tienen que estar superados". Quizás por eso prefieran hablar de los gitanos, a los que aseguran que "no van a perseguir y enjaular". Siempre y cuando sean los "nuestros". Sobre los otros, aun no hay pronunciamiento. Creía que era un tema superado. En cualquier caso, podemos respirar tranquilos. Nosotros y todos aquellos que tengan "otras orientaciones sexuales", una vez que hayamos descubierto cuál es la de los autores de semejante declaración. De esta, y de otras que la acompañaban, se deduce que este sí es un tema que preocupa a los malagueños y no "cómo se llame una calle, un hospital o si es público o privado". Cada cual se preocupa por lo que quiere y a mí me preocupa tener que explicar a mi hijo que una calle homenajea a un señor que tuvo por mérito enterrar a un montón de sus vecinos. Con independencia de quienes fueran. Si en algún momento concluye que es un ejemplo a seguir, nadie me asegura que ese día no me lleve a mí por delante. Por el contrario, me llena de satisfacción ver cualquier grupo de personas movilizarse para que le den a una plaza el nombre de un médico que consagró su vida a llevar la sanidad pública a todos esos compatriotas a los que la privada expulsa de sus servicios porque sus pólizas no son rentables, en un ejercicio de eficiencia en la gestión.

Comparto no obstante su preocupación por que nos construyan un hotel en el dique de levante. Aunque no termino de verlo junto al futuro auditorio. Más o menos donde lo colocó su autor cuando ganó el concurso sobre el Guadalmedina, antes de reubicándolo detrás de la Farola y desarrollar el concepto de rascacielos itinerante. Reconozco que el edificio me recuerda cada vez más a esa ánfora de hierro que me regalaron por mi boda: ni sé dónde ponerla ni puedo desprenderme de ella. Se trata de proponer, aunque no se tenga estudiado el tema. Y ya puestos, el metro por el Guadalmedina al tiempo que embovedamos parte del cauce para construir un aparcamiento. Los problemas hidráulicos son otra cuestión. Claro que siempre hay quien propone volver al concurso de hace siete años, de cuya propuesta ganadora, el río ya se ha llevado todas y cada una de sus sugerencias. También podrían proponer alguna reflexión en el marco del Plan Estratégico de la ciudad. Pero eso no les preocupa a los vecinos.

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