Como te digo, Sandra. Isabel e Ignacio fueron a la Asamblea para conocerse más a sí mismos, ver si lo suyo era real y comprobar si podían tener un futuro en común. Aunque todo el mundo sabía que no se llevaban bien. De hecho, la familia de Ignacio se puso el primer día, con ayuda de la Rocío, a investigar a su padre únicamente para hacer daño. Aunque ella se lo perdonó. O hizo como si lo hiciera. Por eso aceptaron el reto y se sometieron a las tentaciones de Ángel y la Rocío. Lo que ocurre es que lo de los amigos de él no tiene nombre, que ya se lo decía D. José María, cuya participación en un debate televisivo para comentar los últimos acontecimientos ya se está haciendo esperar. Por eso, Isabel no ha podido soportar su actitud y, antes de que le pusieran los cuernos, ha decidió cortar con él y con todos los suyos, y volver a Villa Montaña, toda ofendida y dispuesta a dejarse querer por otro tentador.

Aun a sabiendo que solo queda libre la Rocío (a la que parece que le ha perdonado la investigación sobre su padre después de que a ella le investigaran su título de arquitecta y los proyectitos en Madrid). Y es que tampoco hay que cortar con todos, porque entre los amigos de Ignacio también es posible que haya un buen arquitecto. O un actor como Toni. El futuro dirá. Que a ella no le importa lo que digan los otros porque sabe "quién es y le dan igual las etiquetas". Y, además, le "da igual lo que sienta (Ignacio)"; que más indignada esta ella, que le llamó para preguntarle si la quería y no fue capaz de decirle que contaba con su apoyo hasta el final. Como le Juan a Juanma en Villa Playa.

Y eso no se le hace a una persona con la que has compartido dos años de tu vida y experiencias tan intimas como dar de comer pizzas todos los días durante dos meses a los niños madrileños. Isabel lo tiene clarísimo y no le pone nerviosa ni siquiera Pablo, que ha entrado en show ante la falta de tentadores como los de antes. Es más, está orgullosa de haberlo sacado del reality show nacional y le augura que le irá mal cuando vuelva a la realidad. Y es lo que digo, que podía haber resuelto todo en una hoguera de las confrontaciones, como al final ha hecho su amigo Fernando en Murcia, poniéndoles sendos pisitos a tres de los tentadores que se habían ido con otra; pero ella siente el cariño que su pueblo le hace llegar y está confiada con el resultado de las nominaciones del público.

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