La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Por qué no ayuda Casado a Sánchez

La reforma es fruto del pacto, no deroga la del PP, beneficia a muchos trabajadores y divide a los del bloque de investidura

Apablo Casado se le van -casi todas- las mejores. Si su llamada a Pedro Sánchez sobre la crisis de Ucrania subraya y amplifica las contradicciones del Gobierno en política de exterior y defensa, no se entiende por qué no amplía el foco a la reforma laboral, donde el Gobierno está siendo contradicho y chantajeado por los socios más indeseables de su investidura.

Y fácil lo tiene. Ni siquiera hace falta que los diputados del PP voten a favor del proyecto de Yolanda Díaz. Y eso que razones objetivas existen para aprobarlo. La primera, que es fruto de un consenso con sindicatos y patronales imposible desde hace muchos años y que constituye un gran valor en sí mismo. La segunda, que la reforma no deroga la impulsada por el PP de Mariano Rajoy, sino que consagra la flexibilidad empresarial y el abaratamiento del despido que favorecen la creación de empleo y rectifica lo que había que rectificar: la extrema temporalidad y precariedad del trabajo. En fin, el decreto de Yolanda beneficia a colectivos importantes de trabajadores, como la seguridad privada, limpieza y camareras de hotel, al hacer prevalecer los convenios sectoriales. ¿Por qué el PP tendría que oponerse a esta mejora si la CEOE la ha firmado, aunque sea a regañadientes? La tercera, que el respaldo de los populares haría innecesarios por completo los votos de los chantajistas habituales. Eso beneficiaría de inmediato al Gobierno de Sánchez, ciertamente, pero también le distanciaría más de los aliados que eligió para su investidura. Y no se olvide que fue una elección estratégica, destinada a perpetuarse durante mucho tiempo en La Moncloa alejando a la derecha del poder. No hay nada que convenga más al PP que romper esa estrategia, enemistando a unos y otros lo más posible.

Incluso si le parece excesivo votar a favor de algo que apadrina la "comunista" Yolanda y consolida a Sánchez, tampoco haría falta. Basta con que el PP se abstenga para que cuadren los números, ya que la reforma laboral obtendría en el Congreso los votos necesarios para salir adelante: más síes que noes. Pero Casado tampoco se lo plantea. Por falta de inteligencia, porque tiene una mirada cortoplacista sobre las cosas, porque siempre decide con temor mirando hacia Vox o porque insiste en una oposición estrepitosa y sin tregua, parece que Pablo Casado va a equivocarse. Una vez más. Es un lince perdiendo oportunidades. Como si fueran inagotables...

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