De Marbella a la inmortalidad

Las alcantarillas de la ciudad de Nueva York están habitadas por cocodrilos, las prótesis de silicona de cierta figura televisiva explotaron cuando viajaba en avión y Walt Disney está congelado en algún sótano de Estados Unidos. Historias de peluquería y leyendas de asiento trasero del autobús. El padre de Mickey Mouse fue incinerado y sepultado en 1966 en el Forest Lawn Memorial Park de Los Ángeles. Si James H. Bedford escuchara los rumores que rodean la muerte de Disney, lo natural sería que esbozara media sonrisa burlona. Por ahora, sólo mantendrá los ojos entreabiertos. El blanco de sus córneas recuerda a la tiza. Pero es hielo. Como el bloque que flota entre su brazo derecho y el abdomen, evitando que la extremidad roce el torso. Efectos colaterales de llevar 47 años encapsulado en una cámara de nitrógeno líquido. Criogenizado. Esperando que un día la ciencia pueda hacer que sus células vuelvan a la vida.

Para Francisco Roldán, portavoz y uno de los fundadores del Instituto Europeo de Criopreservación (Iecrion), la idea de una habitación abarrotada de hileras de cuerpos flotando en cápsulas de metal y cristal no forma parte de una película de terror. Para él, la escena es una pieza clave en su futuro soñado. Por eso está dispuesto a seguir los pasos de Bedford y ser el primer español, y europeo, de la Historia en criopreservarse. Quiere ver el futuro y "seguir aprendiendo". "A lo mejor hoy no soy neurocirujano, o no hablo más lenguas, porque no tengo tiempo. Hay gente que está harta de la vida, pero yo no me aburriría nunca", afirma convencido.

Visitar el futuro y contribuir al nacimiento de un nuevo hombre que "supere su estado actual y esté preparado para vencer las enfermedades que nos atacan constantemente" es lo que ha llevado al Iecrion a querer instalar el primer "cementerio de cadáveres congelados" en España. Las principales localizaciones que barajan son Andalucía y la Comunidad Valenciana. Marbella sería probablemente la elegida en caso de que finalmente se decantaran por abrir el primer centro en el sur de la Península. Porque planean abrir muchos más. "Así tendríamos unidades por toda España y la criopreservación podría llevarse a cabo eliminando posibles fallos evitables".

Ciertamente, la rapidez es un factor crucial en el protocolo de actuación. Es esencial para que el cuerpo del "paciente" sea "apto" para ser reactivado cuando ciencia y tecnología lo permitan. Por ello, han ideado unas pulseras que los futuros miembros del Iecrion portarán de por vida. Los datos médicos, la localización geográfica y las constantes vitales serán actualizadas en tiempo real para que una unidad se desplace al lugar del fallecimiento y pueda comenzar inmediatamente con el primer paso de la criogenización: la inyección de antioxidantes y anticoagulantes en el cuerpo del difunto, determinantes para que la aplicación de una posterior bajada de temperatura y la respiración asistida consigan mantener las células activas hasta que la sangre sea reemplazada por una solución protectora que prevendrá la formación de hielo en el interior de los órganos. Acto seguido, se "congelará" el cadáver a -134ºC.

Técnicamente, la criopreservación se puede llevar a cabo. Se han realizado experimentos con riñones de conejo que, tras ser descongelados, fueron implantados y funcionaron con normalidad. "Pero es una ciencia experimental", recuerda Roldán. "Todo lo que pase después, cuando el paciente sea descongelado, es hipótesis. Dependerá de los avances que la ciencia y la tecnología hayan conseguido. Nosotros sólo podemos confiar en ellas".

La falta de garantías hace que la comunidad científica, por su parte, se muestre recelosa. Para el doctor Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología, la descongelación de un órgano tan complejo como el cerebro plantea demasiadas dudas. "Las neuronas podrían llegar a autodestruirse tras ser reactivadas. Y, en primer lugar, desconocemos qué estímulos serían necesarios para revivirlas".

Aun así, el Iecrion primero deberá conseguir que la ley contemple la implantación de la criogenia en España. La respuesta del Registro Autonómico de Voluntades Anticipadas de Málaga, dependiente de la Junta de Andalucía, será determinante. Y es que actualmente, con la única excepción de los trasplantes de órganos, un cadáver no puede ser manipulado hasta pasadas las primeras 24 horas de la defunción. Además, de acuerdo con el artículo 6 del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, los cadáveres sólo podrán tener tres destinos: un enterramiento en lugar autorizado, la incineración o la inmersión en alta mar. La criogenización queda en un limbo legal. Aunque, si el Iecrion no consiguiera poner fin a la situación con la que se encuentran en España, apelarían a la Comisión Europea. "No hacemos daño a nadie. Al revés, todo esto es por el bien de la humanidad. Si no nos dejan aquí, nos iremos a Francia o Portugal. Tendremos tecnología punta y 50 millones de euros de nuestros inversores para instalarnos donde haga falta", sentencia.

El precio de vivir para siempreronda los 200.000 euros. "Realmente se lo podrán permitir muchos. Trabajamos con seguros de vida para que los pacientes, desde su juventud, puedan hacer frente al gasto. De media, saldría a unos 600 euros por año. Además, un porcentaje de los beneficios los destinaremos a pacientes que no puedan costarlo", explica Roldán.

Roldán cita ejemplos cinematográficos en los que la criopreservación era una norma más de la realidad. Apunta La Guerras de las Galaxias y Trascendence. "El cine siempre va por delante de la realidad, pero la realidad siempre supera la ficción. Y si nada de esto funcionara, lo peor que puede pasar es que te hayas muerto".