Ruina, quiebra, sinsentido..., y así un sinfín de calificativos negativos lanzaban restauradores y comerciantes de Ronda hacia la medida puesta en marcha por la Junta de Andalucía que obliga a las actividades no esenciales a cerrar sus negocios a las 18:00, aunque aceptan y acatan con resignación la norma.

Eso sí, en Ronda para este miércoles han convocado una reunión para tratar de organizarse y mostrar su rechazo hacia estas medidas y lo que consideran un ataque a un sector que está cumpliendo con la normativa marcada desde un primer momento y asumiendo unos costes económicos muy importantes.

"Abriremos esta tarde por abrir", decía uno de los comerciantes mientras se dirigía a su casa a mediodía y miraba la importante bajada de afluencia de clientes. "Está vacía, no hay casi nadie sin los vecinos de los pueblos", resaltaba.

Otros han decidido ir más lejos y directamente han cerrado sus tiendas durante toda la jornada ante la imposibilidad de que lleguen visitantes a la ciudad, en especial, aquellas tiendas dedicadas a la venta de recuerdos. "Hemos cerrado, aunque es casi peor que estar abierto porque solo haces darle vueltas a la cabeza", explicaba uno de los empresarios de este sector que decidió cerrar sus puertas.

Muchos han notado la importante bajada de clientes y se platean si merece la pena seguir abiertos durante estos días en los que la movilidad se encuentra limitada al interior del municipio en una ciudad que depende en gran medida de visitantes de fuera.

Todo ello en mitad de un panorama en el que cada vez surgen más locales vacíos con carteles de traspaso, venta o alquiler en el centro comercial abierto.