Semana Santa

Una noche de claroscuros

  • La Soledad no pudo salir debido a la lluvia, aunque las dos procesiones se celebraron sin problemas

LA noche del Viernes Santo de Benalmádena se llenó de sentimientos encontrados. La alegría de unos contrastó con la pena de otros a causa de la lluvia: la Virgen de la Soledad no pudo pasear por las calles del pueblo debido a un fuerte aguacero que tuvo lugar minutos antes de la salida prevista a medianoche. Las previsiones daban lluvia hasta las 5:00, por lo que la junta directiva decidió suspender el cortejo.

Horas antes, sobre las 19:45, comenzó en Arroyo de la Miel la procesión del Cristo de la Redención y María Santísima de los Dolores. Desde la casa de hermandad de calle Parra, en pleno centro, arrancó un espectacular cortejo que en esta ocasión contaba con 95 nazarenos por cada sección. Una de las principales novedades de este año ocurrió el día anterior, el Jueves Santo, cuando legionarios se encargaron de realizar una guardia el Cristo. De esta forma se quiso dar a conocer la nueva capilla que se ha creado en la sede de la hermandad, por lo que por allí pasaron decenas de personas para ver esa imagen inédita en el municipio. Además, los legionarios se encargaron de abrir la procesión.

El trono del Cristo estuvo esta vez adornado por un monte de claveles rojos y lirios, aunque también se creó una cruz blanca. Mientras, la Dolorosa fue adornada con rosas de color fucsia, un adorno floral que la cofradía ha recuperado después de seis años y que causó una gran expectación. Acompañando el paso de los hombres de trono se encontraban las bandas de Fusionadas de Málaga, la municipal y la de Legionarios de San Pedro.

Pese a que el recorrido se prolongó casi cuatro horas y transcurrió sin problemas, en el último tramo los portadores tuvieron que acelerar el paso. La lluvia empañó en esta ocasión el encierro de los titulares, que tradicionalmente es uno de los momentos más esperados.

Mientras, en Benalmádena pueblo sobre las 19:00 salieron a la calle el Santo Sepulcro y la Virgen de las Lágrimas. Cada sección estuvo compuesta por unos 30 nazarenos, que llevaban túnicas de color burdeos en el caso de la Virgen y en negro para el Cristo. Ésta es una de las procesiones más solemnes del pueblo y a la vez una de las más espectaculares, ya que el trono de la Virgen de las Lágrimas roza los balcones de las calles más estrechas y esa noche los portadores no defraudaron a los que iban buscando esa estampa. La procesión contó con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de las Lágrimas de Campillos y la Agrupación Musical de Torrox. Y apenas un rato después del encierro del Santo Sepulcro estaba prevista la salida de Nuestra Señora de la Soledad, aunque la lluvia impidió que la talla saliese a las calles que se iban a apagar en muestra de luto y respeto por la muerte de Cristo. Tan solo la luz de las velas iba a acompañar a la Virgen hasta que en la plaza de España se cantara una salve que tiene tres siglos de historia. Habrá que esperar al año que viene para ver si hay mejor suerte.

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