Las partituras del olvido y las nuevas modas




UNA de cal y otra de arena. Así es la cruceta musical de este Martes Santo. Modas de chaquetas y de claves de sol. Las modas arrasaron los pentagramas con marchas como Caridad del Guadalquivir (Paco Lola), A ti Manué (J. J. Puntas) y la última que llegó Callejuela de la O (P. Lola). Llegaron sus sones a la ciudad, se sembraron, brotaron, coparon todas las crucetas y desplazaron a las identificativas de las hermandades, las que se tocaban en los puntos recomendados que marcan los itinerarios. Tanto han sonado y sin control que han hartado. La personalidad cede frente a las modas.
Ayer no hubo excepciones y volvieron a sonar aunque sí sonaron otras que se interpretaron en más de una ocasión y en enclaves principales. Un ejemplo, la Cofradía del Rescate con la marcha Virgen de Gracia, de Perfecto Artola. A veces lo complicado es definir dónde tocar una marcha. El sabor de algo propio en una esquina desangelada no produce el mismo efecto. Pero la marcha del maestro de Benasal se pudo oír cuando el trono del Señor dobló por calle Victoria y cuando enfiló la Alameda para iniciar su recorrido oficial.
Las marchas de Artola marcaron un punto de inflexión en la música malagueña. La mayoría de las cofradías tienen composiciones suyas, algunas no suenan y las partituras están guardadas en algún cajón. Aún así, Málaga le homenajeó con una plaza que lleva su nombre, en El Ejido.
Quedaba por saber dónde sonaría con la Virgen... y fue en la salida, en la Tribuna y en otros sitios, según comentaron los mayordomos, conocedores de las bodas de plata de la marcha que cumplió justamente antes de ayer.
Pero la moda prosigue su curso. La Virgen de Gracia escuchó Caridad del Guadalquivir entrando en Carretería, el Señor de la Sentencia en Álamos, y A ti Manué en la Tribuna de los Pobres para la imagen del Rescate. No se trata de eliminar piezas musicales sino de adecuarlas al momento y a la forma de la hermandad.
Pero el Martes Santo centró la actualidad en la Victoria, como siempre ocurre en este día. La Cofradía del Rocío inició su recorrido penitencial sobre las 19.30. El alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, fue el encargado de dar los toques de campana de la Virgen. Su presencia en las salidas de las cofradías van camino de hacerse tradición. Al igual que la presencia de la ya ex ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, hermana de la cofradía victoriana y que ayer no estuvo presente. Álvarez no fue descortés con la corporación de San Lázaro y comunicó su decisión a la cofradía de que no iba a asistir. Además envió un ramo de flores que fue depositado en el trono de La Novia de Málaga.
El viento estuvo presente en toda la jornada de ayer, con rachas que apagaron las candelerías de las vírgenes y removieron el curtido olivo del Rescate. Los pabileros tuvieron mucho trabajo. Tanto que recibieron ayuda, pero no divina, ya que hubo responsables que se subieron en los tronos para encender directamente las velas. Caso curioso pasó con la Virgen del Rocío. Un hombre de trono se subió a encender los cirios. El trono levantó y él quedó agarrando las dos barras de palio delanteras izquierdas. La banda tocó Rocío (Manuel Vidriet), y el portador estuvo agarrado hasta que terminó la marcha, con el solo incluido.
A la altura del Palacio de Crópani sonaron saetas dirigidas a la Virgen que pasó el edificio bajo una intensa lluvia de pétalos. Ya en la Tribuna de los Pobres, no faltaron los pulsos y los vítores para los dos titulares. Para hacer este momento más especial, la cofradía repartió estampas pidiendo al público que le dijeran guapa a la Virgen y que no gritaran "¡Portadores!". El Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario salió de su sede con La Saeta desde el interior de la casa hermandad para seguir con Consuelo Gitano (Antonio Velasco).
El Cristo de la Sentencia, que salió con la marcha Jesús de la Sentencia de Vélez-Málaga (Carlos Rodríguez), presentó un rostro más humano y menos musculoso. El cambio de cuerpo, que elaboró Pérez Hidalgo, se notó. La imagen fue sometida a un proceso de restauración llevada a cabo por Juan Manuel Miñarro. También lució un juego de potencias nuevo, del cordobés Manuel Valera. Otra novedad, aunque no se podía ver desde la calle, fue el nuevo suelo del trono, marmolizado.
Además hubo novedades con las flores. La imagen de Martín Simón lució piñas de buganvillas moradas, completadas con cardos. Por su parte, la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos llevó orquídeas verdes en las ánforas frontales. En los laterales lució rosas color esperanza.
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