El estreno del Unicaja dejó con ganas de más. Buena puesta en escena ante el Obradoiro en ese trabajo de hormiga que debe ser recuperar el estatus perdido a nivel nacional. Ya se ha verbalizado por el presidente, es la prioridad la ACB, la Liga Endesa. Tras quedar undécimo dos años consecutivos, se exige quedar más arriba. Play off como mínimo y a partir de ahí ver qué se puede hacer. Visita este jueves la pista de uno de los equipos que le ha adelantado por la izquierda y en el último trienio ha conseguido mejores resultados en suelo español y a nivel internacional. Con el asterisco de la final de Copa cajista poco antes del estallido de la pandemia, en el resto de competiciones nacionales ha acabado por delante el ahora Lenovo, antes Iberostar.

La reconquista implica pasos pequeños y pacientes. Habrá retrocesos y reveses, pero se debe persistir y no desfallecer. El Iberostar sufrió un revolcón inesperado en la primera jornada. Había estado a pocos centímetros de derrotar al Madrid en las semifinales de la Supercopa, pero en Lugo naufragó ante la efervescencia de un recién ascendido que tuvo un día iluminado. No es frecuente ver al pétreo equipo que ha construido Txus Vidorreta tan zarandeado. Siempre es competitivo, sea quien sea el rival que hay enfrente. Así que el Unicaja visita a un rival espoleado. Hay faena en el Santiago Martín y habrá también que lidiar con el factor cancha en contra, que vuelve a pesar. Lo confiesan los jugadores, como Jaime Fernández ayer en estas páginas, hay un factor emotivo que hay que gestionar, esta vez favorable al rival.

Del Iberostar ya se conoce bien cuál es su línea, tiene una identidad clara, que parte del enorme dominio que ejercen Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini. La eterna juventud del brasileño y la capacidad para definir del ex pívot cajista genera atracción de las defensas y también libera a una buena batería de tiradores, con otros dos ex cajistas. Sasu Salin y uno de los fichajes de esta temporada, Kyle Wiltjer. Después de marcharse, el Unicaja contempló alguna vez el regreso del canadiense, con un brutal talento ofensivo (18 puntos en el debut), también con sus lagunas atrás. El Lenovo ha añadido profundidad de plantilla con Borg y Joan Sastre y ha completado la plantilla con Sean Smith, mitad malagueño y mitad sevillano. Hijo del mítico Mike, empezó a jugar al baloncesto en Maristas, donde su padre hizo historia.

El Unicaja comparece con ese impulso favorable, ese aire distinto que hay en la atmósfera del club. Pero esa búsqueda de la solidez tiene hoy una prueba durísima en San Cristóbal de la Laguna. Allí, desde una atalaya en la circunvalación hacia Santa Cruz, juega el Unicaja su primer partido a domicilio oficial. El reto es seguir dibujando puntos para conseguir una línea ascendente que pueda impulsar esa recuperación del estatus perdido que se ha puesto como absoluta prioridad.