Unicaja

Augusto Lima y una oportunidad de vida en Málaga

Augusto Lima, en su primera etapa en el Unicaja.

Augusto Lima, en su primera etapa en el Unicaja. / m. h.

Augusto César Lima Brito volverá a vestir la camiseta del Unicaja. Hace 15 años que llegó por primera vez a Málaga desde Río de Janeiro, ahora con 30 es un jugador de pleno derecho y ha recorrido medio mundo con el baloncesto. Además, ha jugado en algunos de los mejores equipos de Europa. Fue campeón de la ACB y de la Copa del Rey. Seis estuvo en el equipo malagueño, al que llegó en edad cadete y del que se marchó en 2013. Habiendo debutado con los mayores, pero sin un rol importante. Ahora su protagonismo es otro, es un perfiles de unas cualidades que no abundan en el Carpena. Físico, defensa, rebote y toneladas de garra. 

"Creo que no me faltó nada, soy el mismo jugador que era antes. Lo que pasa es que el club estaba pasando una transición. Yo estuve en el primer equipo y hubo muchos cambios de entrenadores. Nunca entendí lo que querían de mí, pero tampoco pasa nada. La vida es así, me dieron la oportunidad de mi vida y se lo agradezco y los caminos se separaron pero sigo queriendo al Unicaja. Las cosas fueron así y no las puedes cambiar, cada uno está feliz en su lado", aseguraba el pívot, que hará pareja con David Kravish, en en una entrevista para este periódico durante su etapa en Burgos. 

El brasileño recordaba lo que significaba el club de Los Guindos en su carrera. "Significó todo, es donde empezó mi carrera y le tengo mucho aprecio al club. Sigo yendo a Málaga cada verano para disfrutar de mi gente porque es donde tengo mis raíces. Fue la mejor experiencia, que me abrió los brazos y me acogió y me permitió estudiar y seguir haciendo lo que más me gustaba que era jugar al baloncesto. Fui campeón dos veces de junior y al tercero estaba debutando con el primer equipo. Pude jugar con el Clínicas en LEB, no todos los jugadores pueden hacer eso", contaba: "También le tengo mucho cariño a Aíto porque él me hizo debutar y es un entrenador igual de importante para mí que Paco Aurioles y Paco Alonso, dos entrenadores que me ayudaron bastante. En la cantera me despertaba a las siete de la mañana para hacer tecnificación con Paco Alonso, es una persona con la que he pasado mucho tiempo. O con el director de la cantera, Ramón García. Esta gente marcó mi historia y no sería lo mismo sin ellos".

Sus primeros días en la Costa del Sol no fueron sencillos. "Pocos lo saben, pero probé durante un mes con el Baskonia. Me ilusionaba jugar allí por seguir el camino de Tiago Splitter y Marcelinho Huertas. Pero no salió bien el plan y acabé en el Unicaja", rememoraba en El País: "Salí desde el último sitio de Río y llegué a Málaga, que era una ciudad grande, con instalaciones increíbles. Cada día veía Mercedes y BMW’s por las calles, a obreros que tenían Audis, y yo decía ¿pero dónde estoy? Llegué antes de la crisis y había mucho dinero. Me sentía muy pequeño en ese mundo, pero sabía lo que quería". 

El nuevo fichaje cajista siempre ha tenido claro de donde venía. "Soy quien soy gracias a Málaga y gracias a Aíto (García Reneses). Es una cantera donde más que a jugar al baloncesto nos enseñaron a ser personas", aseguraba el jugador. Ahora el destino ha querido que su camino se vuelva a cruzar con el del Unicaja. Llega un hombre, más maduro, y ya padre de una hija. Y un jugador en su mejor momento, después de un gran curso, y con el reto de devolver al equipo malagueño a su lugar natural. 

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