El reloj marcaba las 8:15 cuando las treinta y cinco cuadrillas se pusieron manos a la obra. El sol pegaba fuerte en la Plaza del Padre Ciganda, pero los albañiles no se achicaron ni un solo minuto de las cuatro horas que duró el 52º Concurso Nacional de Albañilería Peña El Palustre. Sus ladrillos y argamasas debían conformar una perfecta construcción, pero como en cada competición tan solo uno, -en este caso dos- se podían alzar con la victoria. Los laureados de esta edición ya conocían a qué sabe el premio paleño, y es que fue la tercera vez que subieron al escenario para recoger tan preciado galardón. El oficial Aleix Planas y su ayudante, Vasile Safta, volvieron a coronarse en una de las disputas con más historia de todo el territorio español, en cuanto a albañilería se refiere. Así que el palustre pone rumbo a Vila-Seca en Tarragona tras haber conseguido la excelencia en la realización del ejercicio "cuatro pilares curvos coronados por un anillo", una prueba que Planas calificó con "un nueve sobre diez" de dificultad, aunque reconoció que no fue "la más complicada" de las que ha desarrollado a lo largo de este concurso.

Una de las claves de esta cuadrilla catalana fue "ir paso a paso" con lo que tenían que hacer y, aunque aseguraron que "irán a por todas" en las próximas ediciones, tendrán que esperar mínimo hasta la 54º para volver a participar, debido a que el oficial ganador ejerce de jurado al año siguiente, un hecho que -a su juicio- "honra el trabajo que se realiza". No obstante, Planas confesó que él es "de bota y no de bata" y que donde le gusta estar es entre ladrillos y cemento.

Demófilo Peláez, constructor, organizador y diseñador del ejercicio en 44 ocasiones, definió a la perfección el fin de este Concurso Nacional de Albañilería: "fomentar mayores conocimientos y destrezas en el oficio es la base fundamental de estos concursos. Si el participante después del trabajo realizado ha aprendido algo que recuerda posteriormente, nos damos muy por satisfechos". Esto quedó recogido en el libro "La albañilería eterna. 50 años de maestría" y, ayer, esta reflexión estaba expuesta en la plaza del Padre Ciganda.

La peña El Palustre quiso otorgarle a la familia de Antonio Peláez, recientemente fallecido, una placa de agradecimiento por todo lo que él ha significado para el mundo de la construcción y la barriada paleña.

Para los Peláez es una "satisfacción muy grande" la trayectoria y la dirección que año tras año ha ido tomando el certamen. Así lo manifestó el presidente de la Comisión Organizadora del Concurso, Manuel Peláez, quien confirmó que entre el primer ganador y el segundo hubo "una diferencia notable" por lo que el jurado no tuvo "duda ninguna" de proclamar vencedores a la cuadrilla catalana, quienes bordaron "la exactitud en el replanteo y la perfección en el acabado", puntos claves para poder subir al podio.

Pese a que los condecorados procedan de Cataluña, si hay una comunidad autónoma victoriosa ésa es Extremadura, ya que cinco cuadrillas extremeñas se clasificaron entre las mejores de esta edición consiguiendo así una dotación económica, además de trofeos. La segunda, tercera, cuarta, octava y novena posición fueron para albañiles de esta comunidad, mientras que tan solo dos dúos malagueños se colaron en el ranking de las nueve mejores, proclamándose quintos y sextos.

Ahora, le toca a la peña El Palustre ponerse manos a la obra con la organización de la próxima edición, que seguirá avalando el éxito e historia de este concurso.