“Las instituciones no son conscientes del peligro que supone el cambio climático y de las graves consecuencias que puede tener para la región del Mediterráneo”. Así opina Enrique Salvo Tierra, profesor titular del departamento de Biología Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga y experto en Ordenación del Territorio, el cual, junto a Antonio José Troya, director de la Unión Internacional para Conservación de Naturaleza-Centro de Cooperación del Mediterráneo, ha impartido el curso Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) e infraestructuras verdes en entornos urbanos mediterráneos, acogido por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Málaga.

El objetivo de dicho curso ha sido el de afrontar y poner en perspectiva los retos de las ciudades mediterráneas hacia la sostenibilidad, al tiempo que se aportaban respuestas basadas en la propia naturaleza. En este sentido, Salvo y Troya pusieron especial hincapié en la búsqueda de soluciones innovadoras como las infraestructuras verdes.

Como modelo a seguir, Salvo quiso reseñar el caso de Finlandia donde, “para amortiguar los efectos de la crisis climática cuyos efectos ya se hacen notar”, se ha creado un corredor de más de 3.000 kilómetros con millones de árboles.

En el año 2030 “Málaga vivirá con la temperatura que actualmente tienen en Tetuán”

Uno de los pilares básicos del curso ha sido la necesidad de poner en perspectiva el cambio climático porque la sociedad “cree que todo va a seguir como está, que nada cambia y que estas olas de calor son normales”. Y nada más lejos de la realidad: según Salvo en el año 2030 “Málaga vivirá con la temperatura que actualmente tienen en Tetuán”. Una vez puesta sobre la mesa la gravedad de la situación, ambos expertos han recordado que se pueden –y deben– tomar cartas en el asunto con la búsqueda de soluciones que pasan por “la naturaleza, de modo que se tomen medidas dirigidas a mitigar el cambio climático”.

Por ello, estos expertos han instado a las instituciones públicas a “ir más a allá a la hora de tomar decisiones, mirando a largo plazo, a lo que nos conviene a todos”. Porque el tiempo de actuar a corto plazo sin tener en cuenta las consecuencias de nuestros actos hace tiempo que se ha acabado y, como recuerdan Salvo y Troya, “es una algo pendiente que no debemos dejar de lado”.