Málaga

Cocina malagueña con el toque de Arguiñano

  • La taberna Curro Castilla en la zona oeste de Málaga conjuga la sabiduría de las tradiciones culinarias locales heredadas de los padres con el chef donostiarra

Mayte Cortés / Málaga En una esquina de la zona oeste de Málaga, muy cerca del paseo marítimo, abre sus puertas todas las mañanas una taberna en la que tanto gusto da comer un bacalao al pil pil como unos boquerones en vinagre. Tanto se disfruta un changurro como un puchero o un gazpachuelo. Se trata de la Taberna Curro Castilla donde se fusiona la cocina del País Vasco con los sabores más malagueños. Y es que su artífice, José Francisco Salguero, aprendió de los mejores maestros. De Karlos Arguiñano, a mimar a los productos con los que se trabaja; de su padre Curro Salguero a poner cariño a cada uno de los platos que salen de sus fogones.

El sueño de su progenitor era tener una taberna en el barrio de Las Delicias, y Francisco no sólo decidió seguirlo sino que no dudó en irse al norte para aprender de la cocina del País Vasco. Allí estuvo cuatro años, y entre otros, trabajó con Karlos Arguiñano y con Xabier Odriozola. También pasó por Marina Berri en Zumaya. Ya de vuelta, ha trabajado en el Mar de Alborán o el Mirador del Hotel Kempiski de Estepona y en Artxanda. Su sabiduría gastronómica marcan su recorrido profesional, aunque mucho tienen que ver las manos de su madre Mari Flor, y el trabajo de sus tíos, Rafael y Miguel. Es un restaurante tan familiar como el trato que dan a cada uno de sus comensales.

Trabaja de forma sencilla y con género de calidad. Por eso compra en los comercios del barrio a los que conoce bien. "La materia prima es fundamental. Por eso compramos aquí, en el barrio. Conoces su calidad y es lo que queremos para nuestros clientes", apostilla el chef que reconoce que "aunque se gane menos, la gente tiene que salir contenta". De los pucheros, los callos, las lentejas y otros platos de cuchareo se ocupa su madre, Mari Flor Martín. Los viernes no hay quien se pierda su gazpachuelo. Él se encarga de cocinar todo tipo de bacalao: al pil pil, a la taberna o frito. "Son platos muy solicitados, y cuando viene gente del norte me felicitan", sonríe este joven de 33 años que hace desde cogota de merluza y pastel de pescado a foie micuite o rabo de toro con vino de Ronda. Eso sí, no le faltan productos malagueños como los quesos de Álora, embutidos de sus pueblos o aceite oliva virgen extra de Alfarnate. En la carta de vinos también se refleja la importancia que da los caldos de la provincia aunque tiene de casi todas las denominaciones de España.

En sus fogones no olvidan a los celiacos. Por eso todo el pescado se fríe con harina de garbanzo. "Lo hacemos para que todo el mundo lo pueda comer, pero además es como se freía antiguamente el pescado. Es más caro pero también más jugoso y crujiente. Queda menos aceitoso", explica Francisco que también la trabajan en postres como la tarta de chocolate.

Los menús tienen un precio de ocho euros, y se puede elegir entre cinco primeros. De segundo, muchos más. Así , se puede optar por un puchero malagueño, unas lentejas, una cazuela de fideos o más ligeritos como una tortilla de patatas, ensalada de pastas o verduras salteadas. Muchas son las propuestas con las que seguir: desde caballa o jurel a filetes de cerdo, carne en salsa o pollo asado. Indispensable un postre: manzana asada, flan con toque de turrón, tarta de queso o arroz con leche son algunas de las sugerencias. Uno de los más solicitados es la panacota de nata y vainilla con corteza de naranja y mermelada de arándanos.

En la Taberna de Curro, bien en su comedor o en la terraza, siempre hay algo que comer. Con una cerveza que apenas supera el euro se sirven una gran variedad de tapas.

El responsable fue su padre que desde que abriera aquel pequeño bar en las Delicias se encargaba de poner una tapa de los mejores productos que encontraba en los pueblos malagueños: un poquito de morcilla, un atún en cebolla o boquerones en vinagre. Una atención hacia los clientes que todavía conservan.

La taberna de Curro abre desde por la mañana con los desayunos, y no cierra en todo el día. La cocina está en marcha desde las 13:30 hasta las 16:00 y de 20:00 a 24:00. Tienen precios especiales para celebraciones. Está ubicado en Sor Teresa Prat, 52, frente a la iglesia del Ave María.

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