Ayer se produjo un curioso relevo en el banquillo del Baloncesto Fuenlabrada. Chus Mateo fue sustituido por Luis Casimiro. Cambio idéntico al que se produjo en el banquillo del Unicaja en la temporada 2011/12. Entonces el Unicaja sumó 15 derrotas en 16 partidos y el equipo estaba ya a punto de caer fuera de la zona de play off cuando el Consejo de Administración tomó la determinación de destituir a Mateo, que había llegado la temporada anterior tras la destitución de Aíto García Reneses.

Tras tantear otras opciones se optó por Luis Casimiro, que realizó el trabajo para el que se le contrató, mantener la licencia A de la Euroliga con un noveno puesto salvado in extremis. Firmó un balance de 4-5, con tres victorias en los tres últimos partidos. Ahora que su nombre está en boga por la inminente marcha a Bilbao, apostó por Alberto Díaz como base después de que Rowland y Valters fueran apartados por indisciplina. Continuó también con Álex Abrines, al que Mateo ya le había dado la alternativa. Y sacó adelante su trabajo.

Ahora, tras la derrota del Fuenlabrada ante el CAI y las victorias de Estudiantes y Murcia, el equipo madrileño está a sólo una victoria de la zona de descenso, lo que ha precipitado los acontecimientos. Como pasara en la campaña 2011/12, Luis Casimiro releva a Chus Mateo. Pero esta vez no es en el Unicaja, sino en el Fuenlabrada. Dos temporadas después.