Cedevita-unicaja

Ensayo en Zagreb

  • El Unicaja juega el duelo de colistas en el Drazen Petrovic con el reto de habituarse otra vez a ganar y preparar el partido del domingo ante el CAI.

El último partido de Euroliga que ganó el Unicaja fue justo hace una vuelta, ante el Cedevita. Desde entonces han caído seis derrotas consecutivas, por una media de 17.6 puntos, por 10 la que menos. La trayectoria en Euroliga ejemplifica bien el desplome del Unicaja. Tras una primera fase con un balance de 7-3 y un 2-1 tras las tres primeras jornadas, el abismo. El Unicaja está inmerso en una crisis de confianza, ha perdido 10 de sus últimos 12 encuentros y lleva seis seguidos. En algún momento hay que poner pies en pared. Y puede ser Zagreb un buen lugar para rebotar en el suelo.

Sin opciones reales para ninguno de los dos equipos de Top 8, el encuentro es un tubo de ensayo. El Cedevita, que marcha en buen lugar en la Liga Adriática, le ha dado las llaves del proyecto a Veljko Mrsic, a quien renovó semanas atrás hasta 2019. Se valora la labor del ex jugador cajista en la capital croata, donde intenta forjar un equipo que suceda dignamente al ahora decrépito Cibona. Del techo del Drazen Petrovic, cuyo museo está a escasos metros, cuelgan tres camisetas. El 10 del genio de Sibenik, el 4 de Mihailo Nakic y el 11 de Andro Knego, miembros de aquella Cibona que encadenó dos Copas de Europa a mediados de los 80. Si pudiera mantener y cultivar a todo el talento que tiene, podría aspirar a merodear aquellas cotas.

El Unicaja está, acompañado de una decena de seguidores que se alistaron al chárter que preparó el club cuando se pensaba que se podía pelear el Top 8, en Zagreb para, esencialmente, preparar el partido del domingo ante el CAI, delicadísimo y urgente para remontar el vuelo en la ACB. Se desplazó Hayes, que sólo podrá jugar en España, pero que va adquiriendo conceptos. Y debe minutos para la recuperación de la autoestima colectiva. Puede ser un buen momento, sin tensión, para que los jugadores recuerden que saben jugar al baloncesto, como sucedió en el primer tiempo en el Palau. En momentos de crisis o caída, pequeños detalles pueden hacer saltar una chispa.

Es triste estar sin opciones con un mes más de partidos de Euroliga sin más que la honra en juego. Pero hay que aprovecharlo para uso propio.

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