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Sufrir para una alegría superior

  • Adiós al gafe El Unicaja gana su primera prórroga de la era Aíto tras perder las ocho anteriores Complicación Dominaba por 17 en el minuto 25, pero encalló

El Unicaja realizó un ejercicio de masoquismo ante el Efes Pilsen. Hubo placer final y se da por bien empleado. Sufrir para que la alegría sea mayor. Cualquier técnica es válida. Una victoria por 20 puntos quizá hubiera restado valor a un buen triunfo ante una señora plantilla, que no equipo a día de hoy. Con el viento de espalda y el partido embolsado mediado el tercer cuarto (59-42), una zona plantada por el conjunto turco nubló las ideas malagueñas. Parcial adverso de 0-13, el caos de nuevo. El final apretado, la prórroga, la derrota segura.

La puesta en escena, hilando con Belgrado y el duelo ante el Olympiacos, fue diferente. Concentrado, sólido, el Unicaja parece otro equipo en Europa, aunque los protagonistas se nieguen a admitirlo. Quizá se cae en un tópico, pero los números no engañan. Esta vez fue Archibald, horroroso en Sevilla, quien fijó la alambrada. Sacó del partido rápidamente a Kasun, cierto es que el croata no es un prodigio de estabilidad, y anotó seis puntos casi consecutivos. Jiménez era el cuatro titular con la ausencia de Printezis.

Rakocevic, ese villano, permanecía contenido relativamente, con ocho puntos antes del descanso, los mismos al final. En su marca se turnaban Welsch, Berni, Dean y Blanco. Partido con alta frecuencia anotadora, igualado hasta que irrumpió Saúl Blanco, con tres triples consecutivos sin fallo. Una llamarada para que su confianza se dispare, aunque después no tuviera continuidad. Uno de los lanzamientos, sobre la bocina del primer cuarto (23-20, 28-22 más tarde) en posición acrobática.

Volvió a comprimir el Efes Pilsen gracias a Bostjan Nachbar. Un talento el esloveno, con sólida carrera NBA, quizá desaprovechado hasta ahora en Estambul. Desde la posición de cuatro, cuando es un tres natural, martilleó dentro y fuera. Bautizó y castigó la bisoñez de Augusto Lima, aunque el brasileño evidenció la misma naturalidad en el juego que muestra con el Clínicas. Sin complicaciones. Recibió un balón abierto y metió un triple en su primer lanzamiento. Después, una continuación acabada en tiro a tabla, aunque sufriera atrás. Un relevo de calidad al final del primer tiempo, cuando el Unicaja mandaba (43-36) tras una buena racha de Berni Rodríguez, que también le hacía falta.

Freeland imitó a su paisano Archibald en el arranque del segundo tiempo. Nueve puntos en apenas cinco minutos, dos alley hoops, un gancho y tres tiros libres, y el partido cuesta abajo (59-42) tras un triple de Cook. Un espejismo, porque fue un punto de inflexión. Negó la derrota Ataman, que situó a su equipo en una zona 2-3 que se le atragantó al Unicaja. Sin ideas, sin circulación de balón, sin acierto en el tiro exterior. Los tres pecados capitales ante la zona confluyeron para que el Efes Pilsen, con Kaya Peker haciendo un butrón en la zona (Aíto abogó por la misma 3-2 de Sevilla) cajista, comprimiera tras un parcial de 0-13 e igualara (65-65) con cinco minutos por jugar. Arslan le robó el disfraz de verdugo a Rakocevic, Berni tomó galones para llevar el ataque ante las imprecisiones de Jeter y Cook, pero no salió bien. Tres ataques sin lanzar a canasta, Jeter que falle el triple para ganar y la prórroga para tirarse al barranco. No ayer, quizá el punto de inflexión.

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