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Un legado de 65 millones

"Era un putiferio". Así responde José Manuel Casanova (familiarmente Manel o Josep Manel) cuando le piden que rememore su primera visita a la residencia del Espanyol. Hoy su recuerdo es una confortable Ciudad Deportiva y la Escuela Túrbula, ambas a cien metros de distancia en la localidad de Sant Adrià. Un sueño entonces impensable para los canteranos periquitos, justo el proyecto con el que se sueña para Málaga.

La llegada de Abdullah Al-Thani a la propiedad del club alumbra el mayor plan para la cantera que se ha previsto para la ciudad en toda su historia, aunque por ahora no haya cristalizado públicamente en un documento que permita al aficionado hacerse una idea de lo que está por venir. Según quienes han tenido el privilegiado acceso a él, creará multitud de campos para aunar la cantera, evitar las reiteradas fugas de talento, conjugará fútbol con estudios y confeccionará un Málaga de cantera. De ahí que se pensara en Casanova como la punta de la pirámide. Bajo su mandato, en los últimos 15 años el Espanyol se gastó más de 40 millones en la cantera, mientras que sólo los ingresos por ventas de canteranos superan los 65 millones. Además, en sus dos décadas de trabajo con los periquitos, cerca de 50 jugadores han llegado al primer equipo y casi un centenar han jugado en Primera o Segunda División, tanto a nivel estatal como internacional. De ahí que algunos estudios de la UEFA hayan catalogado el trabajo formativo del Espanyol como "uno de los cinco mejores del mundo en la materia".

La lista de futbolistas descubiertos y encauzados por Casanova es muy amplia. Crusat, Carlos García, Lardín, Serrano, Gorka Iraizoz, Sergio García, Capdevila, Bruno, Roberto Fresnedoso, Amat, Didac, Víctor Ruiz, Álvaro Vázquez, De Lucas, Tamudo, Baena, Chica, David García... A la mayoría de ellos los descubrió pateándose Catalunya con su coche; en torno a diez o doce partidos vistos in situ por fin de semana era su media allí).

Su sistema de trabajo hace primar el trabajo de la técnica hasta los diez años; a partir de ese umbral, opta por dar más importancia al físico. Casanova no es partidario de que el sistema de juego del primer equipo sea el nodriza para todos los escalafones inferiores "para no crear autómatas" y tenerlos preparados a las distintas y cambiantes realidades que se dan en el fútbol de élite. Donde sí hay un patrón común es a la hora de seleccionar los jugadores espiados: primero la técnica, luego la velocidad, inteligencia y, por último, la condición física. Cómo se conecta esa labor con la del primer equipo tiene un ejemplo en el trabajo de Thomas N'Kono, preparador de porteros del Espanyol: cada lunes recibe un estudio pormenorizado de todos los porteros del club, desde Kameni hasta el del pre-benjamín.

En cuanto al ámbito académico, Casanova es contundente: "Nos gusta que estudien porque, si no, puedes estar creando lacras. Hay padres que entienden esto, pero hay otros que están convencidos de que tienen un fenómenos que los retirará, y pasan de todo. Es jodido, entre otras cosas, porque cuando tienes una bajada en el tema deportivo, si no dispones de otro camino en la vida, las depresiones pueden ser muy fuertes. El club sí se hace totalmente responsable de la educación de los jugadores que están en la Residencia".

Habrá que ver cómo encaja el nuevo responsable de cantera en la idiosincrasia blanquiazul. En el Espanyol estaba fuera de duda desde hace 35 años, cuando debutó como jugador periquito. También llegó a ser segundo entrenador de Luis Aragonés, Petrovic y Paco Flores y presidente de los veteranos antes de convertirse en el tótem del fútbol base.

¿Y cómo el Espanyol se permite prescindir de alguien tan exitoso? Dicen quienes han tenido la suerte de conocer su metodología que su ojo clínico para cazar talentos es tan fino como algo caótico su proceder. Por eso en junio de 2009 el Espanyol firmó como director de cantera a Antonio Morales, según el club, para liberarle del trabajo burocrático y administrativo. Ése fue el principio del final de Casanova. La negociación entre él y el club para rescindir su contrato se prolongó durante más de un año y se realizó a través de un abogado, una vía fría tras toda una vida caminando de la mano.

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