Festival Cine Málaga

La actriz María Vázquez: "Hay que mostrar otra realidad, a mujeres de verdad, con sus arrugas y defectos"

María Vázquez en Málaga.

María Vázquez en Málaga. / Javier Albiñana

María Vázquez ha protagonizado Los pequeños amoresuna cinta dirigida por Celia Rico y que hizo su debut en el Festival de Cine de Málaga ayer. El largometraje se estrenará en cines el 8 de marzo y es uno de los aspirantes que compite este año por llevarse a casa la Biznaga de Oro.

Vázquez ha sido la encargada de dar vida a la protagonista de esta obra, Teresa, una mujer de mediana edad que tiene que pasar el verano junto a su madre Ani, interpretada por Adriana Ozores, que acaba de sufrir un pequeño accidente. La trama retrata de una forma íntima y cuidadosa temas delicados como lo son la soledad, la dificultad de afrontar el transcurso del tiempo o la maternidad, todo ello a través de la relación entre madre e hija.

-¿Qué hace de este largometraje un digno aspirante a llevarse la Biznaga de Oro?

-Pues yo creo que es una peli superespecial, con un guion maravilloso, muy redondito, que estéticamente en cuanto a planificación, es brutal. Tanto la luz y la fotografía como la dirección de arte, toda en su conjunto es muy bella, como el cine de antes. Trata además unas temáticas que normalmente ya no se cuentan; la trama habla de desmitificar la maternidad, de vivir en soledad, de las relaciones madre e hija desde una visión super realista. Todo con una mirada muy delicada y sensible.

-¿De qué manera se trata la soledad en la película? ¿Qué visión opina que tiene la sociedad actual sobre este tema?

-Se sigue teniendo una visión negativa de la soledad, sobre todo en las mujeres. Una mujer sola como que da lástima. Nos siguen inculcando estos mandatos de tener que estar en pareja, tener hijos, y cuando no cumples esos requisitos, se ve raro desde fuera. Esta película le da la vuelta a eso. Mi personaje empieza con comeduras de cabeza sobre ese tema, y al final descubre que la soledad no es tan horrible, porque como la vida misma, todo tiene su lado positivo y negativo, y por no cumplir ciertas expectativas no quiere decir que se sea infeliz o no haya que sentirse realizada.

-También se aborda el tema del paso del tiempo y cómo esto afecta sobre todo a las mujeres, ¿qué enfoque se le ha dado? ¿Sigue siendo algo tabú?

-En la película es muy bello de ver como tratamos ese tema, porque se muestra a estas dos mujeres que están envejeciendo juntas, y que se reconocen al principio como madre e hija, pero después, ya como dos mujeres adultas. Y bueno, ahora mismo está claro que la vejez sigue siendo tabú en esta era de los filtros y las operaciones. Que me parece muy bien si es una elección, pero que también hay que mostrar otra realidad, a mujeres reales, con sus arrugas y con su carne flácida. Sobre todo para que también las generaciones futuras no quieran llegar a unos ideales que no existen.

-¿Cómo describiría a su personaje? ¿Escogió interpretarlo por alguna razón en especial?

-Yo siempre digo que los papeles eligen a una, más que una elegir a los papeles. La verdad es que fue un privilegio poder formar parte de una historia tan delicada, tan bonita, tan profunda y tan de silencios en una era donde todo es rápido o se habla sin tener mucho que decir. Y bueno, Teresa es reflexiva, poco espontánea, piensa mucho las cosas. Está mucho entre el pasado y el futuro y muy poco en el presente. El volver a su hogar empieza siendo un problema, y el problema se convierte en una oportunidad para conocerse, para cuidarse y para retomar la relación con su madre.

-¿Cómo evoluciona la relación que tiene Teresa con su madre a lo largo del filme?

-Al principio la relación que tienen se puede describir con una frase que dice Celia, que es que Teresa es una niña con arrugas. Esto pasa mucho en las relaciones entre madres e hijas; como ya no convives con tu madre, cuando vuelves tu madre piensa que sigues siendo la niña que se marchó, no la adulta que ya eres. Mi propio personaje de Teresa también se comporta un poco niña con la madre. Ella no asume su rol de adulta hasta el final de la película, cuando ya ambas mujeres, se ven mutuamente como lo que son; dos mujeres ya adultas.

-¿Qué le ha aportado a nivel personal el participar en un proyecto como este? ¿Hay algo que haya aprendido gracias a su personaje o a la película en sí en su conjunto?

Bueno, hay algo de lo que a lo mejor ya era consciente, pero que no tenía tan claro, y es el no poder ponerle la responsabilidad a los hijos de que nos cuiden, el tener hijos por el miedo a morir solos, o por pensar que vas a necesitar a alguien que te cuide. Hay que quitarse esas ideas de la cabeza, y también quitarse el miedo a la soledad. Aunque luego vuelvo a lo de antes, hay que responsabilizarse como sociedad de que las personas, sobre todo en nuestra vejez, necesitamos cuidados, y que hay que cuidar y cuidarse a nivel personal. Pero que no sea algo que recaiga por completo en las mujeres, que es algo que suele pasar.

-¿Qué efecto puede llegar a causar la cinta en los espectadores? ¿Cree que les hará cambiar de perspectiva respecto a estos temas?

Yo creo que si, y que además lo bueno de la película es que puede llegar y es accesible para todo tipo de perfiles. Los que tengan mi edad, van a empatizar mucho con esa espinita de de los sueños perdidos, de lo que se pudo llegar a ser, de lo que no, de los objetivos que no se han alcanzado, el hacerse mayor. Los que estén en la edad de Teresa, van a identificarse con el hecho de acercarse a una edad en la que ya vas a necesitar que te cuiden en lugar de ser cuidadora. Y si estás en otra generación, igualmente vas a vivir la película porque transmite intensamente la esencia del verano, el pueblo, el calor.

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