Sucesos

Acorralan al atracador de una mujer que fue abordada con unas tijeras en Ciudad Jardín

  • Un hombre le apuntó en el abdomen con la herramienta para robarle el bolso y en el forcejeo le hizo un esguince en un dedo

La barriada de Ciudad Jardín en una imagen de archivo

La barriada de Ciudad Jardín en una imagen de archivo / Javier Albiñana

“No pensé que fueran a implicarse de esa manera. Todo salió fenomenal”. Las palabras de gratitud son de María Rosa, una mujer a la que unos jóvenes defendieron de un desconocido que minutos antes la había abordado con unas tijeras para robarle el bolso, que acabó soltando cuando se vio acorralado. Ocurrió el domingo, el Día de la Victoria, en la barriada de Ciudad Jardín.

Eran las 2 de la tarde cuando la víctima, que asegura tener entre 50 y 60 años, bajaba del autobús para volver a su casa. En un momento dado se percató de que que un hombre que se había fijado en ella se paraba en la vía pública y, con disimulo, miraba a otro lado. “Yo no había dado ni 20 pasos cuando empezó a tirarme del bolso. Pensé que era una broma de algún vecino pero vi que insistía. Me cogió por detrás, ya no me podía mover”, recuerda la mujer. Mientras tanto, el individuo, de entre 45 y 50 años según su testimonio, le apuntaba en la zona baja del pecho con unas tijeras. “Creía que era una pistola. Me cortó la camiseta, pero no me llegó a atravesar la piel. Pedí ayuda y gritaba que se había llevado mi bolso”, relata. 

Fue entonces cuando tres jóvenes entraron en escena y corrieron hacia el supuesto agresor, que se había refugiado en el polideportivo. “Fue su perdición”, reconoce la mujer. Allí consiguieron interceptarlo. Un policía que iba de paisano se sumó a la actuación y contribuyó a la detención tras dar aviso a sus compañeros. El presunto atracador simulaba que era pareja de María Rosa. “Me ponía como un trapo. Decía que vaya día le estaba dando. Yo no le conocía de nada. Salió del pabellón con el móvil en la mano y le di un tirón. También tenía mis llaves y los chavales le dijeron que me las devolviera. Aún no había cogido el monedero”, señala la víctima, que pese a la “violencia” con la que el individuo actuó, solo sufrió un esguince en un dedo de la mano.

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